No se puede perder una batalla sin pelearla

Por Manuel García Verdecia ()

Holguín.- Hay una reacción a los comentarios sobre algún aspecto difícil de nuestra situación que me resulta amarga, dolorosa y con la cual no concuerdo. Es esa respuesta de que no vale la pena, nadie va a escuchar, nada va a pasar, nada se va a resolver.

Creo que en cualquier circunstancia ardua lo peor es la resignación y la indiferencia. Bien decía Martí «Los malos solo triunfan allí donde los buenos son indiferentes.» No se puede perder una batalla sin pelearla.

Dos ejemplos recientes nos dicen que cuando el reclamo es masivo algo sucede. Se tuvo que variar la actitud intransigente del tarifazo cuando muchos, sobre todo los estudiantes, criticaron las medidas. Se tuvo que subir las pensiones cuando se suscitó el asunto de los vulnerables. Y si bien las soluciones no fueron las óptimas, algo se logró. Toda ganancia social se consigue gradualmente.

Pero lo peor que podemos hacer ante las dificultades es rendirnos antes de echar la pelea. Si todos los que creen que es inútil criticar y exigir se sumaran al reclamo en vez de desalentar a quienes reclaman pienso que estuviéramos en mejores condiciones de lograr ciertas transformaciones necesarias.

La mejor manera de decir es hacer, decía Martí. La peor es evadirse, digo yo.