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Por René Fidel González García (9
Santiago de Cuba.- El valor de no rendirnos es algo que nos hace odiados y despreciables para ellos, que nos hace también objeto de su mezquindad y maldad. De su probada vocación para la vileza, es cierto, pero es lo único que hará que merezcamos el respeto de los que no comparten con ellos la comprensión de la política como una oportunidad para el odio contra el otro, para el desprecio al otro, a sus creencias y elecciones, para la vileza contra el otro.
Nosotros tenemos que promover una idea de la política que, sin ser ingenua, gestione, fomente y defienda la capacidad inherente a ella de darle siempre al otro la oportunidad para pensar lo mejor, para hacer lo mejor, para ofrecer lo mejor, al otro.
Es esta, por definición, una visión poderosa y accesible de la política que reivindica la igualdad política de todos, que interpela severamente a la exclusión política, que rechaza sin ambigüedad la política de la exclusión del otro, porque es precisamente la igualdad la condición de esa oportunidad, la condición para lo mejor con el otro.
Preciso es cambiar el paradigma de política que tenemos en Cuba.
La historia nos ha demostrado muchas veces que sólo se puede pensar lo peor contra el otro, ofrecer lo peor para el otro y hacer lo peor contra el otro en una sociedad, cuando están creadas, jerarquizadas e instrumentalizadas, sean públicas o privadas, las oportunidades políticas para ello.
Ningún sistema político puede pretender ser la oportunidad para el bien de todos excluyendo políticamente.
No te rindas nunca. No temas. En definitivas, es porque entiendes que la exclusión es éticamente inadmisible, que intentan reprimirte.
Ellos temen esa verdad poderosa en la que crees. Los excluidos son realmente ciudadanos excluidos, para dejar de serlo tenemos que empezar a reivindicar para Cuba el derecho de igualdad política para todos.
Nuestro horizonte es la democracia.