
NELSON MANDELA, EN EL RECUERDO
Por José Walter Mondelo ()
La Habana.- Hoy, en el Día Internacional de Nelson Mandela, comparto algunas de las inolvidables reflexiones de quien fuera el preso número 46664 en la isla-prisión de Robben Island, condenado a cadena perpetua, de la que cumplió 27 años.
– Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad.
– Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien.
– Nunca he considerado a ningún hombre como mi superior, ni fuera ni dentro de la cárcel.
– Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de las demás personas.
– Lo que cuenta en la vida no es el mero hecho de que hayamos vivido; es la diferencia que hemos hecho en la vida de los demás lo que determinará el significado de la vida que llevamos.
– Una nación no debe juzgarse por cómo trata a su ciudadanía con mejor posición, sino por cómo trata a quienes tienen poco o nada.
– Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo.
– Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen o su religión. La gente aprende a odiar. También se les puede enseñar a amar. El amor llega más naturalmente al corazón humano que lo contrario.
– La erradicación de la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia. Es la protección de un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras persista la pobreza, no habrá verdadera libertad.
– Al igual que la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural.
– No me juzguéis por mis éxitos. Juzgadme por todas las veces en que he caído y me he vuelto a levantar.
– He recorrido ese largo camino hacia la libertad. He tratado de no desfallecer; he dado pasos en falso en el camino. Pero he descubierto el secreto de que después de subir una gran colina, uno solo encuentra que allí hay muchos más cerros que escalar. Me he tomado un momento.
– Solo los hombres libres pueden negociar; los presos no pueden celebrar contratos. Vuestra libertad y la mía no pueden separarse.
– La bondad del hombre es una llama que se puede ocultar, pero no extinguir.
– Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se convierte en tu socio.