Redacción Internacional
Puerto Príncipe.- Casi 3.000 mujeres embarazadas en la capital de Haití, Puerto Príncipe, corren el riesgo de quedar privadas de atención médica esencial si continúa la actual parálisis de la ciudad impulsada por la guerra de pandillas, dijo el viernes Naciones Unidas.
El gobierno de Haití extendió el estado de emergencia el jueves en medio de saqueos masivos y ataques a comisarías. Bandas armadas están pidiendo el derrocamiento del gobierno del primer ministro Ariel Henry, quien se encuentra en Puerto Rico, aparentemente incapaz de regresar al país y luchando por conseguir apoyo internacional . La Oficina Integrada de la ONU en Haití (BINUH) dijo que si la situación continúa, unas 450 mujeres de esas 3.000 corren el riesgo de sufrir complicaciones obstétricas potencialmente fatales, mientras que más de 500 sobrevivientes de violencia sexual podrían quedarse sin atención médica a fines de marzo.
«La violencia sexual contra mujeres y niñas se utiliza como arma de guerra, intimidación, control territorial y dominación», dijo BINUH en un comunicado, añadiendo que las organizaciones asociadas que trabajan para prevenir la violencia de género en los campos de desplazados internos habían cortado o detenido la mayoría de los servicios. por razones de seguridad.
Hay informes generalizados de pandillas que llevan a cabo violaciones masivas en el país a medida que amplían su control. Muchas víctimas no denuncian los ataques por miedo a represalias y el apoyo se deja en gran medida en manos de asociaciones locales con problemas de liquidez.
El aborto en Haití sigue siendo ilegal y los hospitales han advertido sobre la escasez de personal, camas y sangre, mientras que muchas organizaciones de ayuda han suspendido los servicios debido a la violencia. La jefa de BINUH, María Isabel Salvador, dijo que era «imperativo» promover la participación de las mujeres en el liderazgo en todo Haití, incluso a nivel político.
Los comentarios se producen mientras Estados Unidos presiona a Henry para que «acelere» una transición política largamente esperada y mientras los líderes regionales se reúnen con representantes del gobierno y la oposición de Haití, aunque todavía no han llegado a un consenso sobre cómo avanzar. En la vecina República Dominicana, expertos de la ONU han advertido sobre haitianas embarazadas o en posparto supuestamente arrestadas durante controles médicos y deportadas. Los bebés nacidos allí de padres haitianos no reciben la ciudadanía dominicana. (Reuters)
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