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Por Fernando Clavero (Enviado Especial)
París.- El luchador cubano Mijaín López derrotó este martes 6-0 al chileno Yasmani Acosta, para conseguir una hazaña jamás vista en Juegos Olímpicos y ya el gobierno prepara su maquinaria propagandística para sacarle filo a la única medalla hasta ahora de la delegación.
La pelea, de la división de los 130 kilogramos, puso frente a frente a dos cubanos, porque Acosta nació en Agramonte, en el municipio matancero de Jaguey Grande, solo que un día, cansado de pasar trabajo, decidió exiliarse en Chile.
López se convirtió, tras el triunfo, en el primer pentacampeón olímpico en eventos individuales.
Con su medalla de oro, la primera para Cuba en estos Juegos Olímpicos, dejó atrás a un grupo pequeño de tetracampeones olímpicos, como el nadador estadounidenses Michel Phelps, sus compatriotas Carl Lewis y Al Orter (atletismo), el velerista danés Paul Evstrom y la luchadora japonesa Icho Kaori.
Tras la victoria y su ceremonia habitual postriunfo, que incluye voltear a su entrenador Raúl Trujillo, López fue al centro del colchón y dejó allí sus zapatillas, en un acto simbólico con el que pone fin a su carrera como deportista.
Ahora habrá que prepararse, porque vendrán las llamadas, los recibimientos, el homenaje, la entrega de premios políticos, de carnets de algo si es que no los tiene y toda esa parafernalia del gobierno cubano.
Posiblemente le regalen hasta una regadera, y puede que hasta unos pomos de refrescos y algún pescado, como hacen en Cuba con los campeones. Desde acá nos quedamos con la plata de Yasmani Acosta, un cubano bravo y emprendedor.