Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Miguelito Calderón, leyenda del baloncesto cubano, fallece en medio del olvido institucional

Comparte esta noticia

El exseleccionador, medallista olímpico en Múnich 1972, murió en condiciones de abandono en un hospital de La Habana 

Por Fernando Clavero ()

La Habana.- Miguel Calderón Gómez, conocido como Miguelito Calderón, histórico jugador y entrenador de baloncesto cubano, falleció este viernes en el Hospital «Comandante Manuel Fajardo» de La Habana, donde permanecía ingresado en condiciones de abandono y con graves problemas de salud. Su deceso ocurre tras meses de deterioro físico y desatención institucional, según confirmaron fuentes cercanas a su familia.

Calderón, de 74 años, era una leyenda del deporte cubano. Integrante del equipo que conquistó el bronce olímpico en Múnich 1972 —la mayor hazaña del baloncesto antillano—, también dirigió a la selección nacional y al equipo Capitalinos, con los que obtuvo múltiples títulos. Sin embargo, sus últimos años estuvieron marcados por la pobreza, la ceguera y la indiferencia de las autoridades deportivas.

Del éxito al abandono

Su deterioro físico era evidente: ciego y con secuelas de una isquemia cerebral sufrida años atrás, yacía en una cama del hospital Fajardo sin recibir atención especializada. Vecinos y allegados denunciaron que dependía de la caridad de excompañeros y amigos, ya que el Instituto Nacional de Deportes (INDER) no brindó apoyo sustancial. «El sistema solo aplaude a los atletas mientras dan medallas; luego, la indiferencia los devora», señaló un testimonio recogido por redes sociales.

Legado y huella

Nacido en La Víbora (La Habana) en 1950, Calderón fue un símbolo de disciplina y entrega. Como jugador, destacó en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1967 y el Mundial de Puerto Rico 1974. Como entrenador, lideró a Cuba a tres coronas consecutivas en el Centrobásquet y enfrentó al legendario Dream Team estadounidense en 1992. Sus métodos, descritos como rigurosos pero efectivos, le valieron el apodo «El Chacal» .

Críticas al sistema

Su caso refleja un patrón recurrente en Cuba: atletas gloriosos que terminan en la miseria. Figuras como el beisbolista Jorge Luis Valdés o el voleibolista Abel Sarmiento compartieron un destino similar. «En Cuba, la gloria deportiva dura lo que dura la utilidad para el régimen», criticó un usuario en redes. El contraste es evidente: mientras dirigentes envejecen con privilegios, íconos como Calderón mueren sin pensiones dignas ni programas de asistencia.

Reacciones y duelo

Tras conocerse su muerte, exatletas y periodistas deportivos expresaron indignación. «Lo recuerdo dirigiendo con pasión. ¿Así paga el Estado a sus héroes?», escribió el periodista Anibal Oliva. El INDER no emitió un comunicado oficial hasta el cierre de esta edición.

Miguelito Calderón será recordado no solo por sus medallas, sino por exponer las contradicciones de un sistema que glorifica a sus atletas en vida y los olvida en la vejez. Su muerte deja una pregunta abierta: ¿Cuántas leyendas más deberán morir en el abandono antes de que algo cambie?

Deja un comentario