Enter your email address below and subscribe to our newsletter

MI PRIMERA CONQUISTA

Comparte esta noticia

Por Rafael Muñoz  ()

Berlín.- Corrí de la oficina a comprar pintura y de ahí directo a casa. Abrí las ventanas, puse música, me cambié el atuendo y puse manos a la obra, a pintar una pared antes de que la oscuridad llenara la casa.

Poco después sonó el timbre de la puerta. A través de la mirilla vi una señora y corrí a ponerme una camisa antes de abrir. Comenzó diciendo, «yo soy la vecina de los altos» y yo pensé «¡Vaya! ya viene la primera a quejarse por la música».

Sin embargo, me preguntó si yo tenía intención de poner un fitness studio. La miré extrañado y ella me dijo:

— Es que he visto que tienes mancuernas y equipos de entrenamiento en el balcón.
— ¡Ahl No. Es que me mudé hace dos días y como aún estoy pintando, colgando lámparas, arreglando, no encontré mejor lugar para no tropezar con ellas.
— ¿Pero va usted al fitness?
— No. Por eso tengo los equipos en casa, porque no tengo tiempo de ir del trabajo al gimnasio. Me levanto hago ejercicios, me doy una ducha en casa y listo.
—¡Oh, qué lástima porque aquí vamos un grupo al gimnasio. Pero bueno, seguro que va su esposa.
— No, no soy casado y vivo solo.
— ¿!¡Solo!? ¿¡Pero cómo puede un hombre joven tan atractivo vivir solo?! Yo porque ya no puedo, si no, ya nos íbamos a ver las caras.

Y dicho esto, soltó una carcajada, movió con gracia su pelo blanco como la nieve y se fue despacio apoyando cada paso en el andador.

Deja un comentario