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Por Sayli Alba Alvarez ()
Sancti Spiritus.- Hay alumnos que se le pegan a uno así sin uno hacer nada y eso me pasa con una estudiante. Desde que me vio en el aula me dijo que me conocía de las redes, que ella también escribía y me envía poemas por whatssap.
A mi me ha pasado con ella que me parece que la conozco de toda la vida y no la veo como alumna, no sé, son conexiones extrañas.
Lo cierto es que mi alumna me ha contado que le gusta mucho un estudiante de primer año y ella ya se gradúa este curso. Es más joven que ella cuatro años pero dice que no le interesa y me atolondra contándome que es lindo, instruido, educado, que le gusta su mismo equipo de fútbol, las mismas canciones y yo escucho pacientemente todo eso y lo disfruto porque la juventud también me gusta muchísimo.
Este viernes llegó al aula riéndose y prendida del teléfono ¡Profe, me invitó a tomar algo y a caminar! Niña será a caminar porque ese muchacho estudiante no debe tener ni un kilo. No me importa profe, caminaré por todo Sancti Spìritus y al lado de él, llego a Oriente sin cansarme.
De la Universidad a mi casa es lejos y en el recorrido la olvidé. Luego los apagones, mi hijo dando quehacer todo el tiempo, mi hija con gripe y tos…borré a mi alumna hasta hoy en la mañana que me llamó al fijo.
Profe la llamo por aquí para poder hablar. ¡Que tristeza tengo! ¡Yo no puedo ser novia de ese niño! ¿Pero por qué? Porque es comunista comecandela. Ni quiera usted saber las cosas que hablamos.
Niña pero eso qué importa, cada cual tiene derecho a pensar y ser lo que quiera, mientras no robe o mate…No profe. No puedo. Yo paso mucho trabajo para estudiar y para vivir. Limpio en un hostal para tener algo de dinero y vendo cosas caminando la ciudad completa y no puedo, no puedo estar con una persona que piense así a estas alturas.
Mi novio no puede ser comunista y estoy muy triste porque me gustaba mucho .
Yo, que tengo tantas palabras no supe qué contestar porque estudié marxismo leninismo y me bebí la vida de Carlos Marx y Federico Engels y hasta quería ponerle a mi hija Jenny o Laura como las hijas de Carlos Marx.
Quise decirle que había una novela que se llama Serás comunista pero te quiero, de Félix Luís Viera, pero esa oración dicha con tanta seguridad se ha quedado en mi mente ¡Mi novio no puede ser comunista! Y me ha hecho callar.