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Por Oscar Durán
La Habana.- No estuve enterado hasta hoy. Según la prensa oficialista, desde hace unos días se realiza en todo el país un ejercicio sobre la prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción, las indisciplinas sociales e ilegalidades. Incluso, hasta me dicen que ayer la Mesa Redonda le dedicó media hora de su programa a poner reportajes de provincia reflejando “el trabajo” que se hizo.
Me informan que el bar EFE no entró dentro de ese ejercicio. Los blancos fueron para los vendedores ambulantes, los precios de la Mipymes y quizás a algún matarife de vaca le hicieron un juicio ejemplarizante y lo metieron tras las rejas. No más que eso pasó en un país donde la principal corrupción está a nivel gubernamental.
La delincuencia en Cuba anda desatada, eso lo sabe hasta el Bobo de la Yuca. Nadie puede controlarla, mucho menos ahora que la dictadura vela más por un opositor, mientras los malandros andan sueltos a tutiplén.
Esta semana, en la manzana de mi barrio, ocurrieron 14 robos. Nunca aparecieron los ladrones. La policía llegó con dos perros muertos de hambre, tomaron huellas y hasta el sol de hoy no hay respuesta, mientras los delincuentes andan tomando cerveza cristal y planificando la próxima aventura.
En la isla, nada funciona, excepto la represión contra quienes no estamos de acuerdo con ellos. Al campesino le matan dos vacas, hace la denuncia, lo mandan para la casa, y al otro día se le meten de nuevo y hacen zafra. Esto anda al garete desde hace años, pero la Mesa Redonda dice que “esta semana fue muy decisiva en el control de la delincuencia, gracias a los Comité de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Agricultores Pequeños y la Central de Trabajadores de Cuba con sus sindicatos.”
De la droga, mejor ni hablar. El químico y lo que no es el químico se comercializa a lo largo y ancho del país a boca de jarro. Posiblemente hasta en el EFE bar se reparten “papelitos con hierba”, sin embargo, el régimen ofreció charlas en escuelas y comunidades para concientizar a los jóvenes del peligro para la salud, la familia y la sociedad del consumo de sustancias prohibidas.
Vuelvo y repito: los principales delincuentes en este país son los de traje y corbata. La verdadera corrupción impera en la cúpula. Cuando vuelvan a hacer un “Puño del pueblo”, deberían empezar por ellos mismos y transparentar todo el descaro que tienen, mientras mantienen a una isla en penumbras y metiéndole miedo con sus mecanismos de represión.
Mientras tanto, la delincuencia va a seguir desatada. No hay control en ese sentido. El consejo es tomar la justicia por tus manos cuando atrapes a un ladrón y tratar de cuidarse dentro de este infierno, aunque la Mesa Redonda o el Noticiero te digan que todo está lindo y bajo control.