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Los Thunder conquistan la NBA con una victoria legendaria sobre los Pacers

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Por Redacción Deportiva

Oklahoma City.- En una noche para la historia, el Oklahoma City Thunder se coronó campeón de la NBA. Derrotaron 103-91 a los Indiana Pacers en el juego siete de las Finales. El partido se disputó este domingo en el Paycom Center.

Con un ambiente eléctrico y un equipo que combinó juventud, talento y determinación, los dirigidos por Mark Daigneault levantaron el trofeo Larry O’Brien. Por primera vez desde su traslado desde Seattle, rompieron una sequía de 46 años desde aquel campeonato de los SuperSonics en 1979.

La figura indiscutible del partido fue Shai Gilgeous-Alexander, quien terminó con 29 puntos y 12 asistencias. Incluyó un tramo final en el que impuso el ritmo del juego con una sangre fría admirable. SGA no solo fue el cerebro ofensivo, sino también el líder espiritual de un equipo. El equipo ha crecido partido a partido, dejando atrás las dudas y consolidándose como la nueva potencia del Oeste.

El factor diferencial de los Thunder fue su defensa. Forzaron 21 pérdidas a los Pacers —una cifra insostenible para cualquier aspiración visitante—. Encontraron en Chet Holmgren un muro infranqueable: el pívot novato sumó cinco bloqueos. Este es un récord para un Juego 7 de Finales. La combinación de presión en la primera línea y presencia interior desarticuló el plan de Indiana, que dependía demasiado del desequilibrio individual.

Este título no solo consagra a Oklahoma City como campeón, sino que valida el ambicioso proyecto construido por Sam Presti. Han formado un núcleo joven, con jugadores polivalentes, sin grandes estrellas mediáticas pero con una cohesión admirable. Tras una temporada de 68 victorias en la fase regular —la mejor de su historia—, el Thunder completó una travesía de redención. Esto ocurre tras años de reconstrucción paciente y silenciosa.

Con Shai, Holmgren, Jalen Williams y un arsenal de elecciones de draft aún por utilizar, el futuro parece no tener techo. Lo logrado hoy en casa, frente a su afición, es apenas el inicio de lo que muchos anticipan será una dinastía. El Thunder ha rugido, y la NBA escucha.

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