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LOS DESEOS DE ESCRIBIR… LOS VIAJES DE DÍAZ-CANEL

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- A veces se me quitan las ganas de escribir, de denunciar, de proponer. Ya sé que esto del periodismo es cosa de oficio, que tienen que salir las palabras, porque sin ellas no hay periódicos, pero me aburre el atiborramiento de mentiras constantes, los intentos de lavarle la cara al gobierno, de pretender que el presidente de turno, el impuesto Díaz-Canel, sea un tipo popular, cuando no simpatizan con él ni su propia familia.

En momentos así, me siento a la laptop e intento un primer párrafo que no sale, y entonces lo abandono y me pongo a hurgar en las redes sociales. En los dos últimos años no consigo salirme de las redes, sobre todo de X, la otrora Twitter, aunque también entro a Facebook y a Instagram, si la velocidad de conexión lo permite, que es un tema también a tener en cuenta.

En las redes puedes evadirte del mundo, si quieres. Si te vas a X, a la página de la Presidencia, o a la de la jefa de prensa del presidente, Leticia Martínez, lo vas a encontrar todo bien, todo en orden, casi perfecto. El Hombre de la Limonada vuelve a la Isla de la Juventud, dicen. Es el municipio al que más veces ha ido en 2024, aunque nadie sabe a qué, porque aquel lugar está igual, o peor ahora, que en enero. Y entonces me asaltan las dudas.

¿En qué fue hasta allí? ¿Lo llevaron en esos helicópteros que se caen cada mes o fue en jet privado? ¿Cuántos lo acompañaron? ¿De dónde sacan el combustible para esos viajes? ¿Qué resuelve con esos recorridos que hace? ¿Le darán comida allá o regresará a casa a comer con su señora?

Puede ser una imagen de 3 personas y texto que dice "·… ...y en ese momento que Amarilis la panadera pensó "quién me toca?... el limón o el guardaespaldas?" supo lo que era el verdadero terror..."Y, de pronto, el hombre andaba por Nueva Paz. Entonces hay combustible, me digo. No hay para mover un enfermo, para llevar un cadáver de la funeraria al cementerio, para que un ómnibus haga el viaje de Cumanayagua a La Habana, pero sí hay para que Limonardo se mueva por el país y dé la imagen de un presidente de pueblo, de la calle, y no la de un zonzo burócrata que no sabe qué decisiones tomar para que el pueblo tenga lo más elemental para vivir.

Va el mandatario impuesto por Raúl Castro allá donde uno produce boniatos. Un campesino, supuestamente solo, tiene 33 hectáreas de tierra en Nueva Paz, en aquellos suelos rojísimos de Los Palos, y los tiene sembrados de boniato, pero la batata está más cara que la carne de cerdo hace unos años. ¿Qué se puede resolver entonces con las dos caballerías de aquel hombre ha plantado? ¿Un país puede vivir de boniatos? ¿En vez de esas visitas tontas, no sería mejor que el mandatario se reuniera con sus asesores con la intención de generar proyectos para la siembra generalizada de boniato y otras muchas cosas?

Pero eso no se le ocurre al presidente ni a sus numerosos asesores. Eso sí, lo llevan a una panadería donde una mujer pela yucas para hacer pan. ¿Pan de yuca?, se preguntarán los lectores, como si fuera más fácil cultivar el referido tubérculo que trigo. ¡Increíble!

Díaz-Canel en recorrido por Nueva Paz – Radio RebeldePero si eso fuera poco, si pareciera ridículo, leo en otro lugar que el nuevo secretario del Partido comunista en Holguín, un tal Joel Queipo, un habanero enviado a aquel lugar, porque allá no hay nadie que puedo hacerlo, ha contratado a dos generales retirados para resolver el problema de los alimentos. Y entonces vuelven las preguntas.

¿No hay ingenieros agrónomos en Cuba que puedan ser contratados para lograr que haya alimentos? ¿No hay campesinos que puedan exponer y generalizar sus experiencias? ¿No hay un tipo que le diga al dirigente aquel que para producir no hacen falta generales, sino tractores, combustibles, pozos, agua, semilla, hombres, que es como decir manos hábiles? ¿Nadie le puede decir que hace falta cerca, alambres, aperos de labranza, abonos, pesticidas, abejas…? ¿En serio que esa tarea se la va a dar a los generales?

En Cuba los generales acabaron con todas las empresas que cogieron bajo su tutela. GAESA es una farsa, una vía para que un grupo de generales y sus familias vivan bien, porque por ninguna parte se ve lo que han hecho por el país. GAESA existe porque Raúl Castro sabe que está al irse y quiere dejar acomodados a aquellos que lo apoyaron alguna vez.

Las redes, los medios, esas lecturas de mañana me sacan de paso, me roban el optimismo con el que despierto cada mañana. Agobiado, cierro la laptop e intento salir a la calle, a dar un paseo, pero tengo deberes, entre ellos escribir. Y no hay más remedio que ponerse manos a la obra, como cada día.

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