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Río de Janeiro.- Los BRICS celebran su cumbre anual este domingo y lunes en Río de Janeiro. La reunión está marcada por las ausencias de los líderes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin. Además, se celebra bajo una fuerte presión por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El punto más caliente de la agenda del foro de once países emergentes fundado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, es el debate de medidas destinadas a impulsar el comercio mundial usando monedas locales. Esta iniciativa aparece como alternativa al dólar.
A pocos días de que el 9 de julio expire la tregua dada por Trump para imponer aranceles contra todo el mundo, en Río se dará un fuerte respaldo al multilateralismo. Además, se expresará una condena a las medidas proteccionistas.
En el caso concreto de los BRICS, Trump ha amenazado con imponer aranceles adicionales del 100 %. Esto ocurriría si los emergentes toman medidas que cuestionen la hegemonía del dólar en el comercio internacional.
En la cumbre, será inevitable que las discusiones se centren en el conflicto en Oriente Medio. Esto es aún más relevante dado que Irán, bombardeado en junio por Israel y Estados Unidos, se incorporó a los BRICS en 2024.
Irán quiere que en la declaración final de la cumbre se condene explícitamente a Israel y Estados Unidos. Lo más probable es que el foro evite adoptar consensos ‘muy fuertes’, dijo a EFE el investigador de la Fundación Getulio Vargas (FGV), Leonardo Paz.
Hace dos semanas, los BRICS consensuaron un comunicado para criticar los bombardeos. Sin embargo, el documento se divulgó tardíamente y en un tono bastante moderado. No mencionó directamente a Israel ni a EE.UU.
En Río también volverá a la mesa la situación de la guerra en Ucrania. Esto sucede en momentos en los que Trump trata sin éxito negociar un alto el fuego con Putin. Además, se recrudecen los ataques entre ambas partes.
El mandatario ruso intervendrá en la cumbre por videoconferencia. No puede viajar a Brasil debido a la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes de guerra cometidos en Ucrania.
El foro de emergentes enfrenta el desafío de lograr que la cumbre llegue a buen fin. Sus miembros aglutinan el 49 % de la población mundial. Esto sucede tras no haber logrado firmar una declaración conjunta en la reunión de cancilleres del pasado abril.
El problema en esa reunión fue la falta de consenso por discrepancias en torno a la propuesta brasileña que defiende la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta idea no contó con el apoyo de dos nuevos miembros de los BRICS, Egipto y Etiopía.
Lo ocurrido en ese encuentro reflejó la complejidad para lograr consensos en el foro. En los dos últimos años sumó a seis nuevos miembros con ideologías y realidades sociopolíticas diversas: Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán.
Al margen de la ausencia obligada de Putin, en Río tampoco estará el presidente chino, Xi Jinping. Sin embargo, sí viajó el año pasado a Brasil para la cumbre del G20 y para una visita de Estado.
Según la directora del BRICS Policy Center de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Río), Marta Fernández, la ausencia de Xi en la cumbre tiene un ‘impacto simbólico’. Esto por el mensaje que envía de ‘un cierto distanciamiento de China’ del foro, pues la justificación por un conflicto de agenda ‘parece una excusa vaga’.
En cualquier caso, la inasistencia de Xi y Putin ‘debilita la cumbre. Existe una asimetría de poder dentro del grupo’, pues los dos países son los que tienen el mayor peso en los BRICS. (EFE)