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LO DEL GOBIERNO CUBANO CON EL PUEBLO ES GENOCIDIO

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Por Yasurnaris Rodríguez Vázquez ()

El problema de Cuba es un sistema ineficiente y un Gobierno totalitario. Este se niega a realizar cambios justos y a abrazar un modelo de país basado en la libertad y la prosperidad.

La violencia a la que se ha llegado en los últimos tiempos es consecuencia de la falta de mecanismos democráticos. Esto impide hacerle frente a un sistema incompetente y a un Estado abusador.

No hay manera de disfrazar el cinismo de un Gobierno que somete al sufrimiento excesivo a todo un pueblo solo por mantenerse en el poder. A diario se asesina el espíritu, la mente y las ganas de vivir de aquellos que sobreviven en penurias y abandono.

Aquellos que todavía disfrutan de ciertas prebendas y ayudan a que ese régimen prevalezca, están cometiendo la peor de las infamias contra la Patria.

Una oligarquía de malos cubanos

Ni el supuesto socialismo que defienden implica más justicia social. Tampoco es la única forma de construir sociedades humanas y equitativas. Un Estado que no logra hacer alianzas provechosas ni llegar a acuerdos diplomáticos que redunden en el bienestar de su nación es un Estado incapaz. Además, sus representantes son malos cubanos, traidores a su pueblo.

En Cuba, tenemos toda una oligarquía de malos hombres, de malos cubanos.

No se puede continuar defendiendo utopías ideológicas en detrimento de la vida de una nación. Menos aún se puede continuar desde una posición de fuerza, defendiendo «principios» que pisotean otros principios y libertades inalienables. En ese camino, se pierde por completo la noción del bien, de la verdad y de la justicia.

El siguiente texto, circula por las redes, desconozco su autor, pero no por anónimo, pierde su valor:

¿Genocidio o apagones?

El lado más oscuro de los apagones no es precisamente la falta de luz. Hay aspectos mucho más graves que, por desconocimiento, no le damos la importancia que realmente amerita. Esta publicación pretende, sobre todo, exponer a todos la gravedad de lo que estamos enfrentando cotidianamente y sin posible solución.

La crítica situación energética del país se ha ido agudizando hasta un extremo humanamente insoportable. Muchas comunidades solamente tienen dos horas diarias de electricidad. Otras tantas sobrepasan las 24 y 36 horas sin este vital servicio.

Y, por si fuera poco, se une a esta continua problemática las altas temperaturas, una combinación letal. Equivocadamente pensamos que no trae consecuencias graves. Sin embargo, este tema de los apagones es mucho más grave de lo que podemos imaginar. Los apagones eléctricos y las altas temperaturas representan una amenaza significativa. Esta genera efectos adversos que pueden ser tanto físicos como psicológicos.

Riesgo de enfermedades

En primer lugar, los apagones prolongados afectan el acceso a servicios básicos esenciales, como la iluminación. También afectan la refrigeración y el suministro de agua, lo que puede derivar en condiciones insalubres y aumentar el riesgo de enfermedades.

La falta de refrigeración, por ejemplo, facilita la proliferación de bacterias y virus en alimentos y medicamentos. Esto pone en peligro especialmente a los niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas. A esto se suma la escasez precaria de alimentos y medicinas que enfrenta gran parte de la población cubana.

Por otro lado, las altas temperaturas incrementan el riesgo de golpes de calor, deshidratación y otros trastornos metabólicos de suma importancia. La exposición prolongada a temperaturas elevadas puede causar agotamiento, mareos, calambres, sudoración excesiva y, en casos graves, golpes de calor que representan una emergencia médica.

Además, el calor prolongado y extremo puede agravar afecciones de la piel, respiratorias y cardiovasculares. Esto es especialmente crítico en personas con enfermedades crónicas, niños pequeños y adultos mayores.

El factor epidemiológico es también muy importante. En estos momentos hay brotes significativos de varios tipos de hepatitis, varicela, dengue, tuberculosis y meningitis. Todas estas enfermedades se agudizan con esta mezcla nociva de falta de electricidad y altas temperaturas. A esto se suma la carencia de medicamentos. Muchas de ellas pudieran desencadenar cuadros graves de la enfermedad, incluso la muerte.

Estas enfermedades que andan circulantes son más peligrosas en temperaturas altas, y puede conllevar serias complicaciones fundamentalmente en niños y ancianos.

El impacto psicológico también es considerable. Los apagones y las olas de calor generan estrés, ansiedad y sensación de inseguridad en todos los sentidos. La interrupción del trabajo, el no poder dormir adecuadamente, y la sensación de vulnerabilidad pueden afectar la salud mental, provocando sentimientos de desesperanza y tris

Tengamos en cuenta que el estrés es tan grave como cualquier enfermedad. Este desencadena una serie de enfermedades y agudiza otras. Además, es una de las causas fundamentales en la aparición de enfermedades oncológicas, como el cáncer.

Quiero destacar que esta publicación no es para disparar alarmas. Es un llamado a tomar con la seriedad que merece el día a día que casi todos los cubanos estamos viviendo.

El problema energético tan grave que nos afecta es mucho más abarcador que unas cifras de MW por día.

Nos están sentenciando a una vida cada vez más precaria, a una muerte lenta, pero muerte al fin, letal.

No son pocas horas sin electricidad. Llevamos meses y meses carentes de este vital e imprescindible servicio y cada vez nos lo limitan más, con total irrespeto y cinismo. Yo no lo llamaría crisis electroenergética. Esto es algo mucho más abusivo y siniestro. Yo lo llamaría: GENOCIDIO.

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