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Por Manuel Viera.- Lo absurdo no es que en mi país un tubo de pasta dental Colgate (made in Vietnam) cueste 1700 pesos.

Lo ilógico no es tampoco que la jubilación mensual de un anciano no alcance para comprarlo o que un médico, un ingeniero, un obrero tenga que trabajar una semana para poder pagarlo.

Eso sí, lo verdaderamente absurdo e ilógico es que desde el gobierno se siga transmitiendo el mismo discurso que ha llevado al fracaso.

Que sigan hablando de topar precios, de centralizar, de controlar, de limitar, de multar, de decomisar y no de trabajar, de producir, de liberar, de incentivar, de satisfacer, de alentar.

Más allá de la imposición política, de la enseñanza de la doctrina, del culto a los símbolos, del disfraz de la imagen, de la privación y limitación de derechos, ese es el verdadero absurdo del socialismo…

Claro, todo visto hoy desde una pasta denta.

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