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LLEGA A LA ONU LA FIESTA CEDERISTA DE TODOS LOS AÑOS (II)

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- El gobierno cubano prepara cada año la propuesta de resolución para que sea votada en la ONU con la intención de que Estados Unidos levante el bloqueo, pero ellos son los primeros que no quieren que la Casa Blanca, aburrida ya de tanta tontería, diga un día que se acabó el embargo y derogue todas esas leyes que lo establecieron.

La votación contra el bloqueo es la coartada perfecta del castrocanelismo. Al pueblo le hacen ver que la mayoría inmensa de la comunidad internacional lo respalda. Algo así como «miren, ven que tenemos razón», porque saben que eso hay personas que se lo tragan, lo asimilan como esa sarta de mentiras que han asimilado por más de medio siglo y que han hecho que eso que llaman revolución, aún se mantenga en pie, aunque tambaleándose y más inclinada que la torre de Pisa.

Ese es un elemento importante, aparentar que quieren que les levanten el bloqueo, pero en el fondo no es la intención, porque una vez levantado el embargo, ya no tendrán justificación alguna que ofrecerle al pueblo por la falta de todo: alimentos, medicinas, maestros, transporte, vías, escuelas, hospitales, telefonía, combustible y hasta la madre de los tomates.

Por otra parte, la labor de los diplomáticos cubanos tiene siempre dos frentes abiertos: la primera es conseguir donaciones y hacer que desde el país donde se encuentran vengan a Cuba turistas y estudiantes de Medicina. La segunda, conseguir que voten a favor de Cuba cuando se presente la resolución contra el bloqueo. Lo otro no interesa, y los embajadores lo dejan en manos de los secretarios, un puesto que ocupan agentes de la seguridad del Estado, y si acaso, de los cónsules.

Eso no quita que yo desconozca que hay un embargo, pero motivado por el actuar errático de los líderes cubanos desde el mismo año 1959, cuando nacionalizaron todo lo que les pareció, se adueñaron de todo y dejaron de pagar los créditos que países y organizaciones financieras les otorgaban.

A Cuba no le dan créditos no por el bloqueo. No les dan facilidades financieras porque no paga, porque Fidel Castro lideró una campaña internacional, allá por los años ochenta, para declarar la deuda externa como impagable. Fue paladín de aquella cruzada, y no lo hacía por el resto del mundo, sino para no pagar la cubana, de la cual una buena parte ha sido condonada, pero la otra está pendiente y La Habana se resiste a reponerla, porque no tiene dinero.

El gobierno cubano tiene aliados en el mundo, socios que son enemigos de Estados Unidos, al menos en lo político, y si es así, por qué La Habana no compra lo que necesita en esos lugares. ¿Por qué tampoco los rusos le dan créditos, más allá de los 100 millones de dólares de hace unos meses? ¿Por qué Vietnam, que le regala miles de toneladas de arroz de mala calidad año tras año, no le abre una línea de créditos para que compren del bueno? ¿Por qué no lo hace China?

Todos esos gobiernos saben de qué pata cojea el castrismo y no quieren tirar su dinero a la basura.

Y las publicaciones en redes de Díaz-Canel son como la alegría del caballo capado. Un grupo, los tontos útiles de siempre, les creerán. La mayor parte se burlará de él, como se ha burlado de todo lo que ha hecho, y no porque lo tomen por un tonto inútil, sino porque es un hijo de puta que se ha prestado para terminar de hundir el país y justificar errores y maldades con lo mismo de siempre: el bloqueo.

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