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¿LEGADO O TORTURA?

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Por Mkc Cerralvo
Santa Clara.- Siempre oí que uno de los métodos de tortura a un detenido era cambiarle los horarios. Dejarlo sin saber si es de noche o de día, cambiándole horas de comidas, almuerzos, tiempo de dormir y demás. Esto provoca un trastorno psicológico que puede enloquecer a una persona, y por supuesto, aprovecharse de eso para interrogatorios y otras cosas.
Algo similar estoy viviendo, por mucho que dicen están planificados los apagones, y que viven haciendo planes, tablas, partes… para nada, aseguro que es otro cuento más. Acá quitan la corriente a cualquier hora, sin uno saber qué tiempo será, la pueden volver a poner en 30 minutos para volverla a quitar, o ponerla en 20 horas.
Pueden poner la corriente y quitarla intermitentemente por varios minutos, puede que te den un rato de corriente cuando supuestamente te toca un apagón y quitártela todo el tiempo que debías tenerla. Es totalmente impredecible y aleatorio
Por más que he estudiado los apagones, con mis propias tablas y esquemas desde hace más de dos años, su frecuencia y duración, no he encontrado una secuencia lógica, algún patrón que sigan o algo parecido.
Por lo tanto, no puedo predecir cuándo serán las horas con corriente y cuales no. Lo peor es que como hay que aprovechar los momentos de electricidad, y muchas veces paso el día sin corriente, al ponerla en casa rápido nos ponemos en posición de combate.
Si es en las madrugadas, como muchas veces pasa, entonces hacemos la comida a esa hora, porque no hay muchas variantes para cocinar cuando no hay electricidad, también se lava la ropa de madrugada, adelanto trabajo, pongo la bomba de agua, tuesto el pan del desayuno y despierto al niño para que pueda ver muñequitos.
Luego por el día, trato de dormir si el clima me lo permite. Otras veces, cuando ponen la corriente en las mañanas o las tardes, hay que mover toda la actividad para esa hora. Lo peor es que uno vive a la expectativa y no se puede hacer planes.
Lo mismo hago el arroz a las tres de la mañana, que lavo la ropa a las 11 de la noche, me baño al amanecer, trabajo a la hora que pueda, y me puedo dormir a las tres de la tarde o a las 10 de la mañana como si fuera de noche.
Y el niño, que cuando nació había confundido la noche con el día, ahora está peor, está traumado, ya no sabe si le toca dormir, ver los muñequitos, la leche, jugar en su corral o hacer caca.
Me da terror, porque cuando comento esto con otros amigos, a casi todos les pasa lo mismo, lo que en diferentes horarios en dependencia del circuito.
Tengo un par de amigos que antes de visitarlos les pregunto en qué momento del día están, no vaya a ser que pase por su casa al medio día y estén durmiendo, o pase temprano en la mañana y estén cenando.
Lo cierto es que esto, al igual que los detenidos, es un método de tortura general y que funciona. Estoy loco porque me acaben de interrogar, que con el nivel de locura que tengo voy a echar pa’ lante desde el que le echa agua a la leche, hasta al que compra pedacitos de oro.
Solo me da tranquilidad que esto que vivo no es más que «el legado del Comandante», así que debe ser algo bueno.
¡Lo que yo aún no lo entiendo!

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