Por Manuel Viera
La Habana.- No concuerdo solo en el modo de expresarlo porque quienes me conocen saben que no uso malas palabras. Claro que hay que ver en qué contexto se dio esta conversación, pues parece un audio sacado de un entorno privado y cada cual tiene derecho a su privacidad.
No soy normalmente un defensor de Reinier González, pero debo reconocer que no hizo más que decir la verdad, en un lenguaje que yo no usaría, pero es la pura verdad y un criterio al que él, en cualquier otra sociedad del planeta, tendría derecho.
La actual Serie Nacional de Béisbol es un circo muy mal montado, que entretiene por eso, ¡por ser un circo! No por su calidad.
No hay pitchers, los juegos se deciden por bases por bolas, la defensa es pésima y el bateo sobrenatural. Los marcadores finales parecen marcadores de ping pong. La indisciplina pulula. Los árbitros son un desastre. Las broncas son cada vez más frecuentes y cada vez más violentas.
Ya no sirve virar las cámaras de la TV, porque los celulares delatan la realidad. Esa realidad que es oscura, que ha quedado sin futuro, que se ha ido a República Dominicana, que ha volado a ver los volcanes o que se ha subido a una lancha.
Son la cultura y el deporte hoy reflejo de lo que vivimos. Si la sociedad pierde valores, si la sociedad se corrompe y enturbia, si la sociedad huye y se separa es inevitable que el espejo de la cultura y el deporte lo reflejen.
No podría ser de otra forma, hoy vemos lo que por lógica tenemos que ver. Sacando las malas palabras de allí, Reinier no ha dicho más que la verdad, una verdad que es incluso peor.
Ojalá y tanta sinceridad robada de contexto no le traiga consecuencias cuando llegue a los oídos y moleste a algunos dinosaurios convenientemente sordos, mudos y ciegos.
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