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LAS FINANZAS EN CUBA: ¿HABRÁ MEGA DÉFICIT PARA RATO?

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Por El Estado como tal
La Habana.- La Mesa Redonda sobre el estado de las finanzas en Cuba fue un malogrado intento de compensar la carencia de detalles del pregonado programa de estabilización macroeconómica. Quedó en un mero ejercicio de relaciones públicas.
No se trata de que no se hayan mencionado cifras, acciones puntuales e intenciones, pero queda pendiente una explicación cabal del programa de estabilización y se mantiene nebulosa la presentación de metas, indicadores, secuencias y plazos.
Continúan sin esclarecimiento al menos tres preguntas importantes: a) ¿Cuál es el nivel del déficit como % del PIB que se establece como meta?, b) ¿Cuál es el plazo para alcanzar progresivamente la meta?, y c) ¿Cuál es el estimado de crecimiento económico para ese plazo?
A pesar de la persistencia de vacíos informativos, es interesante que la presentación ministerial se mantuvo en el ámbito de la política macroeconómica -principalmente la dimensión fiscal- sin convertir el programa de estabilización en el gran “saco” presentado en la entrevista con Ramonet.
Hay tres cuestiones que parecen funcionar en contra de la política fiscal presentada. La primera es el supuesto inverosímil de que habría crecimiento económico “real” (descontando inflación) al nivel necesario para aumentar adecuadamente los ingresos presupuestarios.
El segundo supuesto cuestionable es que una mayor utilización de la modalidad de financiamiento mediante los “bonos soberanos” pudiera tener un impacto sustantivo en contener una emisión monetaria excesiva que alimenta la inflación.
El tercer supuesto controversial es circunscribir a la “especulación” el nivel de la tasa de cambio del mercado “ilegal”. Con tasas de cambio voluntaristas y en ausencia de un mercado “legal” de divisas, la tasa “ilegal” refleja factores fundamentales y también especulación.
La parte más perturbadora de la presentación fue la afirmación de que “la mayor insatisfacción que tiene nuestra población es el control de precios”. No es así. La insatisfacción mayor de la población es con el alto crecimiento de los precios, que es algo muy distinto.
A estas alturas, muchos ciudadanos no solamente entienden que las múltiples variantes de control de precios han fracasado a la larga, sino que comprenden el efecto nocivo sobre la oferta de modalidades de control como los “topes”.
La noción oficial de que el “control” y “enfrentamiento” de precios es una medida macroeconómica clave no se basa en evidencia. La premisa oficial de que la “formación de precios” es principalmente una función gubernamental y no del mercado es una construcción ideológica.
Resumiendo: se mantienen ocultos aspectos claves del llamado programa de estabilización macroeconómica en Cuba, se hacen explícitos varios supuestos cuestionables, y se mantiene el dogma anti-mercado en la formación de precios.

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