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LA UNEAC SUMA UNA RAYA MÁS EN SU DESPRESTIGIO

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Por Mauricio de Miranda ()

Cali.- No por esperada me produce menos indignación la noticia de la expulsión de Alina Bárbara López Hernández de la UNEAC. Esta organización suma una raya más a su desprestigio institucional con una medida como esta.

Vivir con dignidad tiene un precio, sobre todo cuando se vive en una sociedad sin las más mínimas garantías ni las más mínimas libertades que fueron el estandarte de la revolución cubana, hoy hecho añicos por la sistemática vulneración por décadas de sus principios fundamentales.

¿Qué puede esperarse de una organización que desde su fundación -como en todos los países del «socialismo real»- nació para controlar y si se diera el caso -como ahora- reprimir a escritores y artistas?

La historia no miente. Por solo mencionar unos nombres, porque la lista es inmensa, ahí están los casos de Alexander Solzhenitsin, Borís Pasternak, Osip Mandelstam, Marina Tsietáieva, Anna Ajmátova, Ivan Bunin en la antigua URSS; Václav Hável, Milán Kundera, Bohumil Hrabal, Jirí Menzel, Iván Klima, Pavel Kohout, Jan Procházka, Milan Hübl, Ludvík Vaculík y Jirí Pelikán en Checoslovaquia; Czeslaw Milosw, Alexander Wat, Jerzy Andrzejwski (quien incluso fue presidente de la organización de escritores de Polonia), Zygmunt Bauman, Leszej Kolakowski (eminente historiador del marxismo), Adam Michnik y Bronislaw Geremek en Polonia; Gyorgy Lúkács, Sándor Márai y Tibor Déry en Hungría; Wolf Biermann, los hermanos Klaus y Thomas Brasch, el científico Robert Havemann en Alemania Oriental; Mihailo Mihajlov, Lucretiu Patrascanu, Georghe Bratianu, Lucian Blaga, Ion Sârbu, Mihai Radulescu y Herta Müller en Rumanía; Georgi Markov y Dimitar Talev en Bulgaria; Edvard Kocbek y Mirko Kovac en Yugoslavia; Fadil Paçrami y Dhimiter Xhuvani en Albania; Hu Feng, Ding Ling (f), Wu Han, Gao Xingjian y Liu Xiabo en China; Duong Thu Huong (f) y Huy Duc en Vietnam.

En el caso de los coreanos, la represión llega a niveles estrafalarios. Quienes han podido escribir sobre las barbaridades de la monarquía «comunista» de los Kim han sido quienes han logrado escapar de ese infierno y se han establecido en Corea del Sur o en otros países, como son los casos de Hyeonseo Lee, Lee Soon-ok (f), Kang Chol-hwan. Pero quizás el caso más sobresaliente es el de Bandi (seudónimo que significa luciérnaga y quien al parecer vive aun en Corea del Norte e incluso pertenece a la asociación de escritores de ese país). Bandi publicó «La acusación. Cuentos prohibidos de Corea del Norte, que en español editó Libros del Asteroide.

En Cuba, como sabemos, tenemos los casos de muchísimos escritores y artistas brillantes represaliados por pensar y escribir diferente a como el régimen y la dirección del partido en el poder quieren que se piense o se escriba, o no pudieron desarrollar su obra en medio de la asfixia que produce la permanente censura.

Guillermo Cabrera Infante, Heberto Padilla, Reinaldo Arenas, Jesús Díaz y María Elena Cruz Varela, entre otros, escogieron el exilio e hicieron allí sus vidas. De ese pequeño grupo solo ella vive. Otros fueron relegados al exilio interior de la oscuridad en vida, aunque su obra está llena de luz, como son los casos de José Lezama Lima y Virgilio Piñera y tantos otros que haría ya demasiado larga esta lista.

Es la UNEAC la que se desprestigia una vez más. Alina Bárbara López Hernández es una intelectual coherente, valiente, digna, de principios. Me gustaría saber qué piensan los miembros de la única organización que puede legalmente agrupar a los escritores y artistas sobre esta decisión de su directiva. Probablemente me quede con las ganas, aunque ya se han expresado algunos que no han querido mirar hacia otro lado. Amanecerá y veremos.

Alina Bárbara López Hernández: todo mi respeto y mi solidaridad, además de mi cariño. Y eso que nunca te he visto personalmente. Gracias.

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