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LA ROMA ANTIGUA Y LOS RECIÉN NACIDOS

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La Habana.- En Roma no se decía que un ciudadano ha tenido un hijo, sino mas bien se decía ‘lo toma’ o ‘lo acoge’.

El recién nacido era depositado en el suelo por la madrona y el padre lo levantaba del suelo para tomarlo en sus brazos y manifestar así que lo reconocía como hijo y se comprometía a su crianza y educación.

De lo contrario, si no lo recogía del suelo, ese bebé era depositado en un basurero, en las letrinas o en un rincón de la calle a merced de que lo recogiera quien quisiera.

El infanticidio del hijo de una esclava también era admitido como normal y la decisión de aceptarlo o no, correspondía al amo de la esclava.

Los padres romanos no tenían la obligación ni moral ni jurídica de aceptar todos los hijos nacidos del matrimonio.

Sacrificios de niños e infanticidio en el Imperio Romano: ¿Mito o realidad?  | Ancient Origins España y LatinoaméricaPor otro lado , en la ciudad delante del templo de la Pietas, estaba la columna lactaria; a sus pies eran depositados los niños abandonados, que eran recogidos con el único fin de explotarlos como esclavos, mendigos o prostituirlos si eran niñas.

A los nacidos con malformaciones, se les ahogaba; así como también a los hijos de una hija que hubiera quedado embarazada siendo soltera o violada.

Pero sobre todo, el abandono de hijos legítimos se debía a la miseria de unos y a la política matrimonial de otros.

Sacrificios de niños e infanticidio en el Imperio Romano: ¿Mito o realidad?  | Ancient Origins España y LatinoaméricaLos ciudadanos pobres también abandonaban a los hijos que no podían criar y alimentar.
En algunos casos la madre, a espaldas de su marido, confiaba su hijo a unos vecinos o a unos subordinados, que lo criaban en secreto. Más tarde se convertía en un esclavo y, eventualmente, en un liberto de sus educadores.

Un marido que sospechase que su mujer le había sido infiel, podía exponer al hijo que creía adulterino. Es decir: era dificil que sobrevivieran pues estaban expuestos al hambre, a la intemperie y al ataque de los perros callejeros o las aves.

En las provincias orientales, los campesinos se repartían los vástagos; si un matrimonio tenía cuatro hijos, y no podía alimentar a más, si la mujer quedaba embarazada, al nacer se lo entregaban a familias amigas, que gustosamente acogían a esos futuros trabajadores y los consideraban hijos suyos.

Los juristas no eran capaces de decidir si esos hijos eran libres o habían pasado a ser esclavos de quienes los criaban.

Los bastardos adoptaban el nombre de su madre y no existían ni la legitimación ni el reconocimiento de la paternidad; olvidados por su padre, no tenían ningún papel social ni político en la aristocracia romana.

La adopción, en Roma, cumplía con una doble función social: evitaba que una familia careciese de descendencia y también era una manera de adquirir un estatus social.

Las adopciones y el ascenso social de algunos libertos compensaban la reproducción natural.

El aborto y los anticonceptivos eran prácticas usuales en Roma y si la madre decidía abortar, no se le daba importancia y se hacía sin más.

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