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Por Hermes Entenza ()
Nuremberg.- La patria está por encima de cualquier sistema político, de cualquier credo. La patria tiene un nombre que se conforma con sus ciudadanos, sean de derecha, izquierda, centro, o anarquistas furibundos.
Una madre quiere igual a sus cinco hijos aunque estos piensen y actúen de formas diferentes, y la patria es como la madre.
Hay algo rarito en esta nueva «cosa» creada por el poder.
Hay una torcedura viviendo entre nosotros por décadas, desde que han intentado atribuirle a la patria características que no posee. Patria no es Socialismo, ni Comunismo, ni PCC, ni Fidel, ni Raúl, ni Diaz-Canel, ni Revolución; patria es amor y tolerancia entre cada cubano. Patria es humanidad, e incluso, la patria también puede ser la madre de aquellos que no creen en José Martí.
Desconfío de esta nueva maniobra del gobierno cubano. La educación familiar y la doctrina política son cosas diferentes; la primera es fundamental en el crecimiento de los hijos. Y la segunda puede ser un veneno en sangre que termina destruyendo el alma.
Un día veremos a niños arrancados de los brazos de sus padres, simplemente porque estos no quisieron aplaudir al sistema político que gobierna en Cuba; y cuando eso suceda, veremos después, en las plazas públicas, las fogatas para la quema de libros mientras largas filas de ciudadanos marcados en la espalda caminan hacia los campos de concentración, y seguidamente, con los ojos fuera de órbita, veremos la apertura de las cámaras de gas.