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Por Ulises Toirac ()
La Habana.- No sé cuán fidedigna es la noticia, pero dice que Qatar donó 4.5 millones de dólares para destinarlos a las instalaciones del sistema electroenergético de dos o tres provincias, incluida La Habana.
Creo expresar el sentir de muchos si digo que le agradecemos a Qatar ese dinero. 4.5 millones no andan tirados en la calle. Ni siquiera Giménez pudo conseguir una cifra majomeno.
Ahora bien. Vamos a verlo de la siguiente manera: usted compra un par de zapatos y los usa. Los usa y los sigue usando. De pronto, a uno del par se le zafa la puntera. Usted tiene la posibilidad de reparar eso y evitar que el zapato, con la jaiba abierta, se rompa más —una vez roto y abierto, usarlo implica que las fuerzas que se aplican sobre la rotura la hagan más grande—. Pero no. Literalmente echó engrudo y se metió cuatro horas apretando las dos partes y… ¡Solucionado el asunto! Mentira: de ponérselos pa’ salir, se abren.
Pero sigue usando los cabrones zapatos. Al del otro pie le pasa lo mismo, pero por el calcañal. Y usted, que aprendió algo de la primera —pero no la arregló—, esta vez coge hilo de coser y pega la cosa aquella a la suela… Y a seguir andando.
Inevitablemente va a llegar un momento en que sus zapatos se hacen una mierda tan mierda que lo único que funciona es meterle soga, enrollándolo todo. Y aún así los sigue usando. Usted se queda descalzo.
Los zapatos finiquitaron, asere. En la primera rotura debiste usar un zapatero y en la segunda ya tenías que haberlo llevado igual al zapatero y, además, guardar dinero para comprar zapatos nuevos.
Así pasa con el SEN. Ya ni con soga alrededor.
La diferencia es que un sistema electroenergético es mucho más complicado que un par de zapatos. Arreglar el asunto conlleva mucho, mucho más dinero, un plan integral con vistas a 10 años —o qué sé yo, pero lleva más de siete— y una voluntad política férrea porque el tema jama dinero de la caja fuerte. Conco. Pero enfócate y hazlo, porque sin electricidad no hay país. Es sí o sí.
Punto. Pal carajo. El que diga otra cosa miente. Los 4.5 millones son el zapatero pal primer huequito en el momento que ya hay que enrollar el zapato en soga. Haga la fiesta que usted quiera. Alegrése, emborráchese con la noticia…
No tiene zapatos, ¿oyó?