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Por Ramón García Guerra ()
La Habana.- El partido de las mayorías en Cuba es el partido del cambio; que es hereje y antisistema, además.
Frente a la ortodoxia se hayan los herejes, que han sido siempre la causa de los conflictos y un agente de cambios en la sociedad.
Europa ha creado los contrafuegos que bloquean a los fascistas. Estados Unidos le ha declarado la guerra a los «despiertos». El desafío es saber a qué tipo de ortodoxia se enfrentan los herejes en Cuba y quiénes son los heterodoxos en la Isla que defienden las herejías.
Este es un asunto de vital importancia para Cuba hoy mismo.
Sabemos que la ortodoxia en Cuba es el castrismo de verso (Patria o Muerte) y de reverso (Patria y Vida); entendido este último como Estado despótico, sociedad cuartelaria y cultura autoritaria.
Aunque en Cuba son muchos los que han saltado del péndulo y han caído tres pasos por delante, existe una mayoría que es rehén del castrismo y que el sentido común les dice que el cambio se reduce a un viaje al otro extremo.
Debemos de marcar la distancia que separa a la herejía del anticastrismo.
Porque en Cuba todo hereje es un anticastrista, pero no todo anticastrista es un hereje. Este es el caso de las plataformas Siglo XXI y Cuba Decide, que son anticastristas pero no son herejes. Significa que en Cuba la herejía se da en el campo de las izquierdas. Pero, ¿qué es ser de izquierdas en Cuba, aquí y ahora? Entiendo en tal caso, que ser de izquierdas es ser demócrata y ser demócrata es sumar derechos y restar privilegios.