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Por Jorge Sotero ()
La Habana.- El castrocanelismo se ha convertido en especialista en mentir y sus voceros han adquirido tanta habilidad en hacerlo que cualquiera que no conozca la situación real del país, se puede creer que en sus mensajes no hay nada oculto, pero de lo que dicen al hecho va un largo trecho, como dice el refrán.
La víspera, la Dirección General de la Empresa de Gas Licuado mandó un mensaje que cualquiera que lo lea en el exterior pensará que Cuba atraviesa algún problemilla con el suministro de combustible para cocinar. Un pequeño problema para una parte de la población, porque para el resto todo estará bien.
Leamos: «La Empresa de Gas Licuado informa a sus clientes de los territorios de La Habana, Artemisa y Mayabeque, que a partir del día 4 de noviembre se verá afectado el abastecimiento a los puntos de venta de estos territorios». Hasta ahí parece que hasta ahora no hay problemas, que todos los habitantes de esas tres provincias reciben el servicio con normalidad, lo cual es una mentira enorme.
En primer lugar, no en todos los municipios de esas provincias venden gas, ni tampoco tienen todas las personas cuotas, porque en Cuba el gas es por cuota, como casi todo. Eso quiere decir que la inmensa mayoría de las personas están haciendo malabares para poder cocinar, en momentos en los cuales pasan más tiempo sin electricidad que con ella.
Pero hay más mentiras en ese párrafo, porque dice que a partir del día cuatro se verá afectado el suministro a los puntos de venta y no es cierto. Ahora mismo, cuando escribo estas líneas, y cuando ellos hicieron pública su nota, no había gas licuado en casi ningún punto. De hecho, hay personas que llevan 15 días en colas en esos sitios, con listados enormes que apenas se mueven. Y si acaso, alguna que otra vez llega un camión y deja 40 balitas, de las cuales solo venden 10 o 12, porque las otras las revenden los dependientes, la mayoría de los cuales anda en motos, con gruesas cadenas al cuello, como si sus salarios dieran para tanto.
Sigo con el comunicado: «Dicha afectación se debe a demoras en la descarga del barco por parte del proveedor. Unido a esto, hubo un cambio imprevisto de las formas de pago, al ser retirado el crédito, lo que constituye una muestra más de las acciones directas contra Cuba por parte del bloqueo económico y financiero que los Estados Unidos impone a Cuba», que parece redactado por Bruno Rodríguez Parrilla, el canciller del régimen.
Según este párrafo, la culpa es del proveedor, no de Cuba. El gobierno -porque la Empresa del Gas es gubernamental- no tiene responsabilidad alguna, sino el que manda el gas, que no tiene en cuenta que siete de cada 10 cubanos no tendrá esta tarde con qué prepararse sus alimentos. Así de fácil se quitan el golpe de encima, y, de paso, culpan al bloqueo, que es lo único que pueden y saben hacer, porque el cubano común, ese que solo repite sin pensar, y los que defienden al castrismo en el mundo, se creen de verdad que la culpa de todo es del embargo.
Pero la nota de la Empresa del Gas tiene aún un último párrafo: «La Empresa de Gas Licuado ofrece disculpas por las molestias ocasionadas, y se compromete a informar oportunamente cuando haya disponibilidad del producto».
Es decir, solo ofrece disculpas y promete informar a los clientes. En primer lugar, no todos los cubanos son clientes de la única empresa que presta ese servicio, de la única autorizada a suministrar gas, lo cual quiere decir que la inmensa mayoría de la población no tiene combustible para cocinar. Porque tampoco hay queroseno ni petróleo. Y ya ni hay carbón.
En Cuba venden gas licuado en las cabeceras de provincias y no a todos los núcleos. En el resto de los municipios solo tiene cuota de gas personas aisladas, beneficiadas desde hace muchos años por problemas de salud de alguno de los moradores. Y nada más.
Pese a eso, hay muchos núcleos que compran el gas clandestino, pero ahora mismo, con la escasez imperante, una bombona de 20 libras puede costar más de 10 mil pesos y no se encuentra. Y eso pasa también en municipios de las provincias de Mayabeque y Artemisa, a las cuales hace referencia la nota de la Empresa del gas, como si la escasez fuera un problema puntual, de una zona restringida del país, y el resto estuviera sin problemas.
¡Mentiras… mentiras» No se puede mentir más. No pueden ser tan indolentes y tener los dirigentes de la empresa de marras, del ministerio de Energía y Minas, y del Gobierno la cara tan dura. ¡Basta ya!