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La economía la mueve el cuentapropista, la crisis la gestiona el Estado

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Por Ulises Aquino Guerra ()

La Habana.- Después de escuchar el alegato del Presidente y la manera descarnada en que exige inspeccionar los emprendimientos privados para ver si cumplen el plan energético, honestamente me quedo anonadado. Una suerte de impotencia me invade ante tanto desatino.

Es urgente y necesario que alguien le explique que la economía de este país hoy —si es que puede llamársele economía— la mueve fundamentalmente el emprendimiento privado. Lo poco o mucho que se genera sale de ahí; son ellos quienes pagan muchísimos impuestos y, aun así, ofrecen mejores salarios que el Estado.

Lo que habría que inspeccionar primero es qué han hecho con los recursos que este pueblo ha financiado para que:

  • Recogieran la basura.
  • Arreglaran las termoeléctricas.
  • Repararan las conductoras de agua.
  • Repararan las calles y avenidas.
  • Produjeran alimentos.
  • Sembraran en el campo.
  • Pescaran en nuestros mares.
  • Cuidaran nuestra arquitectura.
  • Repararan los edificios.
  • Atendieran a los niños y a los ancianos.

Desde aquí le puedo responder, ante todo, con mucha vergüenza, con dolor y con mucha pena de ver el estado de indigencia al que ha llegado nuestra sociedad:

  • Es el Estado el responsable de recoger la basura.
  • Ha sido el Estado el responsable de no haber reparado a tiempo nuestras termoeléctricas y priorizar la construcción de hoteles.
  • Es el Estado el responsable de que no produzcamos alimentos.
  • Es el Estado el que ha despilfarrado el erario público.
  • Es el Estado quien más gasta en burocracia, controles, energía eléctrica, transporte, eventos, congresos, etc.
  • El Estado es quien ha prohibido la utilización de nuestros mares con entera libertad para pescar, con resoluciones, disposiciones, aranceles, multas, impuestos, etc.
  • Fue el Estado quien se echó encima la responsabilidad única y obligatoria del abastecimiento de la comida del pueblo, prohibiendo durante seis décadas el desarrollo de fuerzas productivas alternativas.
  • Es el Estado el que no quiere reconocer la realidad; el que sigue sin escuchar el reclamo de la gente del pueblo; el que utiliza terminologías rebuscadas e ideologizadas para no nombrar las cosas por su nombre.

Y aún así amenazan

No se llaman «vulnerables»; se llaman miserables, hambrientos, pobres, indigentes, limosneros, mendigos, harapientos. Todo eso existe hoy desde que los «genios» de la economía diseñaron la Tarea Ordenamiento.

Y no tenemos azúcar desde la Tarea Álvaro Reinoso. Y no tenemos huevos desde que las gallinas se pusieron decrépitas. Tampoco tenemos carne de cerdo desde que les fueron encima a los grandes productores. Ni tenemos leche para los niños y los ancianos.

Y me arde el corazón cuando veo a tantos pusilánimes aplaudir. Cuando veo que, en la situación en que estamos, se atrevan a amenazar a este pueblo por protestar. A este pueblo que no puede más de tanto sufrimiento y miseria. No cabe duda: no se les da lo de la empatía.

Es que es contrarrevolucionario no protestar; va en contra de lo que la Revolución defendió.
¿Acaso «El programa del Moncada» y «La Historia me Absolverá» ahora son subversivos?
¿Entonces no eran patriotas los mambises que se rebelaron contra el yugo colonial?

Por mucho menos de lo que está pasando hoy se rebelaron nuestros abuelos. Y, sin embargo, este pueblo, desesperanzado por la ausencia de un proyecto claro de futuro, ha preferido callar, emigrar, huir para no enfrentar la decepción de toda una vida consagrada a la Revolución, y tener que escuchar amenazas de ese tipo.

No es el sistema chino el que se ajusta a Cuba, porque no somos chinos, ni vietnamitas. Somos cubanos, y somos nosotros los encargados de asegurar el futuro de nuestros hijos.

Demostrado está que ustedes no pueden. El pueblo, estoy seguro, sí.

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