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Por Adalixis Almaguer ()
Miami.- Hoy mi pena es un presagio porque aunque no me haya llegado la noticia tenebrosa que todos los días aparece, aunque hoy no he leído nada macabro, sé que en algún lugar de la isla la justicia está enferma aunque yo no lo sepa, aunque mis redes sociales hoy no me lo avisen. Y tanta certeza tengo de esto como de que los poderes del estado en la garra narcocastrista como la tres monos sabios nada ven, nada oyen, nada dicen.
Y es que nada puedo esperar de una dictadura que tiene un inciso 3 en la desvirgada constitución que es una licencia para matar, que tiene por costumbre pasarse por el forro del abrigo el artículo 11 sobre la presunción de la inocencia en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU y no precisa pruebas para declarar culpable, que en juicio sumarísimo se levanta juez y verdugo, juez y fiscal, juez y cualquier cosa que se le ocurra… ¡tan creativos pero sin causa probable!
Una dictadura que a su lado lleva el aparato militar de la nación y que tiene tantos nombres que puede hasta llamarse Gaesa o TRD, una dictadura que posee el aparato represor, al que llaman MININT, entrenado en el Kremlin y graduado con notas sobresalientes. Una dictadura que descansa en la policía porque sabe que su objetivo no es proteger si no acosar. Una dictadura que amasa la larga suma de sus injusticias como el villano de los cuentos infantiles pero sin sonrojarse siquiera.
Así voy. No lo he leído pero hago el día igualmente con el corazón estruja’ o. Porque aunque yo no lo sepa me atrevo a apostar mi metro y medio, mi nariz grande y mi poco pelo a que ha sucedido.
Y tampoco sé hasta cuando vamos a aguantar la vergüenza de saber que hoy mutilan otro pedazo, hoy desgajan otro trozo, hoy rompen otra porción del ya destrozado decoro de mi Patria. Y que mañana va a suceder lo mismo, van a colgar la humillación, la abominación y la afrenta como espada de Dámocles sobre nuestras cabezas aunque quizás mañana tampoco me entere, aunque quizás yo mañana tampoco lo sepa.