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Por Redacción Nacional
La Habana.- El régimen cubano volvió a montar su teatro político. Manuel Marrero, primer ministro de la dictadura, presidió un Consejo Extraordinario del Gobierno en La Habana. Allí hablaron de “preparativos” del curso escolar y del estado de los servicios básicos. Fue una puesta en escena más, transmitida por la televisión nacional, para aparentar control sobre un país que se les cae a pedazos.
Según dijeron, más de 274 mil estudiantes ingresarán al nuevo período lectivo 2025-2026. Estos estudiantes estarán distribuidos en mil 170 instituciones educativas. Sin embargo, no contaron con la misma fuerza que no tienen maestros suficientes. En municipios como El Cerro, La Lisa, Boyeros, 10 de Octubre y Guanabacoa, la cobertura docente sigue siendo un problema grave. Las carencias en Secundarias Básicas y Preuniversitarios se convierten en el reflejo de una educación. Aunque la pintan como gratuita, está cada día más deteriorada.
La estrategia del régimen no es garantizar calidad ni recursos, sino maquillar cifras. Además, repiten la vieja retórica de “esfuerzo” y “resistencia”. La realidad es que los niños y adolescentes en Cuba estudian en aulas improvisadas. Muchas veces no tienen maestros, o los que están, están sobreexplotados. Además, utilizan libros obsoletos y no tienen una mínima infraestructura digna. Eso no es educación: es un fraude político que busca mantener a la juventud sometida al adoctrinamiento ideológico.
También hablaron del agua, como si fuera una novedad que el pueblo vive con cubos. Hay salideros y camiones cisterna que no alcanzan. El propio gobierno reconoce que hay un “escenario complejo” en el abasto. Sin embargo, lo venden con promesas de “mayor estabilidad” gracias a la reparación de tuberías y la instalación de equipos. ¿Quién puede creer en esas palabras, si hace más de 30 años vienen prometiendo lo mismo? La gente sigue cargando agua en botellas plásticas como en la Edad Media.
Las “actividades estivales” que mencionaron son otra mentira. Hablan de “disfrute familiar y participación comunitaria”. Sin embargo, todo el mundo sabe que el verano en Cuba es miseria pura. No hay transporte, no hay alimentos, hay apagones constantes y sin opciones reales de recreación. Lo que el régimen llama disfrute no es más que propaganda. Buscan ocultar que la juventud cubana, en su mayoría, sueña con huir de la isla.
El show de Marrero no resuelve nada. No hay maestros, no hay agua, no hay recursos. Lo único que sobra es el discurso vacío de una dictadura que no se cansa de vender humo. La verdadera educación que hoy reciben los cubanos es la de la resistencia. Han aprendido a sobrevivir en la escasez y a mentirle al Estado para poder vivir. Enseñan a sus hijos que el futuro no está en el aula ni en el país, sino en el exilio. Esa es la herencia del castrismo.