
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por René Fidel González ()
Santiago de Cuba.- No es poli crisis, es decadencia de la orientación civilizatoria de una sociedad, de su foco como civilización. Lo que sufrimos y vemos es la transición a una sociedad distinta y peor.
No temieron que el Estado que llegamos a ser, las instituciones y el conjunto y complejidad de las relaciones sociales, los valores y las prácticas de la civilización alcanzadas en Cuba empezaran a colapsar, se atomizaran, deformaran y retrocedieran.
Tampoco temieron ni un instante a las implicaciones económicas y sociales de sus actos, a los catastróficos efectos de sus actos sobre los cubanos. Pero no son temerarios.
Han estado a salvo de las consecuencias de sus actos. No han estado jamás expuestos – ni ellos ni sus familiares – a los efectos directos e inmediatos de lo que han decidido, deciden y están dispuestos a decidir. Se han preparado para estar, bajo cualquier circunstancia, a salvo de compartir su suerte con los pobres de la tierra cubana o de cualquier otra parte.
Apostaron por desguazar el Estado sección por sección, por diluirlo función por función, por hacer banales sus alcances y propósitos más trascendentales, cuando no lo abandonaron y lo dejaron sucumbir por inanición en la inclemencia de los presupuestos insuficientes, la falta de talento, la insensibilidad y la corrupción.
Encubrieron todo con un frenesí legislativo. Palabras, palabras, palabras vacías para nosotros y útiles para lo realmente importante que no conocemos.
Cancelaron la esperanza del Estado de Derecho, ese sueño hermoso y sereno del ciudadano en Cuba.
Cancelaron cualquier esperanza, cualquier sueño que tuviéramos con tal de cancelar la posibilidad de lo que más temían y temen: la democracia.
¿Te preguntas por qué no nos indignamos ya ante lo inadmisible? ¿Por qué nuestros intelectuales y académicos parecen referirse a la realidad como si fuesen inmunes a lo lógico? ¿Por qué nos manifestamos convocados por los que han reprimido, reprimen y reprimirán por cualquier manifestación que intentemos para exponer nuestros problemas, nuestra inconformidad y protesta ? ¿O por qué funcionarios y hombres y mujeres del gobierno mienten sin parar, metódicamente?
No es un retroceso caótico y humillante resultado de su absoluta mediocridad y nuestra falta de esfuerzo. No es pobreza, no es indigencia o soledad. En realidad es sacrificio.
Cuando ellos ya no nos piden un sacrificio más para salir adelante es porque nos están sacrificando.
Nos sacrifican por seguir en el poder, para conservar el poder. La ofrenda que hacen son nuestras vidas, nuestra única vida.