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La decadencia política europea: una dirección de guion perdido

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Por Jorge Menéndez ()

Cabrils.- ¿Quiénes son Macron, Merz, Starmer, Von der Leyen y Kallas? Ah, y no olvidemos a Tusk. Podría afirmarse de ellos que son unos impostores que nos obligan a destinar parte de nuestro salario para financiar una guerra que, a nuestra costa, los ha convertido en millonarios.

Basta con observar el caso del corrupto Josep Borrell en su retiro dorado, con los bolsillos llenos, para entenderlo todo. El que fuera el principal diplomático de la UE, reconvertido en ministro de Guerra, vive ahora con sus arcas a reventar. Curiosamente, se han sobreseído los dos juicios por desfalco en empresas públicas que pendían sobre él. Eso es lo que trae apoyar a Pedro Sánchez, que es aún más corrupto que él. Entre ellos se entienden; cuando hay dinero de por medio, el entendimiento está garantizado.

Volviendo a la cúpula europea, todos son corruptos. Bajo el lema de estar con Ucrania, nos han sumido en la pobreza y en la irrelevancia política actual. Ni siquiera Estados Unidos nos toma ya en serio.

Se acabaron los tiempos de las Conferencias de Paz sin Rusia, que solo servían para lavar dinero hacia sus bolsillos. Se acabaron los discursos en cada parlamento de Zelenski, ahora probado corrupto. Y se acabó el ejército de voluntarios que habla mucho y no hace nada. Todo es un espectáculo ridículo, como la venta de 100 aviones Rafale a Ucrania para dentro de ¡10 años! Son propuestas que solo provocan risa.

Solo queda esperar por Trump

Mientras se celebra el G20 en Sudáfrica y la Cumbre Unión Europea-África, con tremenda falta de tacto, los discursos europeos siguen girando en torno a Ucrania. Esto demuestra un desinterés absoluto por el continente africano en su conjunto. Esos son nuestros dirigentes.

Trump, inmerso en su lucha por pasar a la inmortalidad política, sigue centrado en su plan de paz para Ucrania, un plan que los europeos se empeñan en torpedear. Simplemente, como decía Orbán, «ellos quieren la guerra». Mientras Rusia avanza a pasos forzados en el frente de batalla, parece que el único que ve la realidad es Trump. Todo ello mientras mueren miles de ucranianos y rusos.

A los europeos les importa una miseria Ucrania, eso ya está más que visto. Lo importante son los bolsillos de nuestros dirigentes; lo demás es pura retórica populista.

Hoy hay que ser así para poder pertenecer a la cúpula europea. Si te sales de ese guion, eres un apestado, como Orbán o Robert Fico, que están siendo impugnados en el Parlamento Europeo bajo la acusación de lealtad a Rusia, con el objetivo de quitarles voz y voto.

Parece que en Europa ya no se puede disentir, y va camino de ser un delito. La democracia es hoy en Europa un mero elemento de presión y aislamiento para quien no esté de acuerdo con los «jerarcas de ‘El Padrino'» que nos dirigen.

Espero, quiero y deseo que la supuesta manía de grandeza de Trump se imponga sobre los designios de los corruptos europeos.

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