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Por Carlos Cabrera Pérez (Especial para El Vigía de Cuba)
Madrid.- Estados Unidos y Cuba sostendrán conversaciones este martes en Washington, en medio de la hostilidad propagandística de La Habana y de una avalancha migratoria que no cesa, con las complicidades de México, Nicaragua y Bolivia.
Desde el inicio del gobierno Biden, 540 mil 821 cubanos han entrado en Estados Unidos de manera irregular y en los primeros meses del presente año fiscal (de octubre a marzo), la cifra de arribo asciende a 106 mil 949, según datos oficiales de la administración estadounidense.
Pese a ellos, la Casa Blanca acude a la reunión con el sobrecumplimiento del número de autorizaciones de viajes a cubanos -70 mil visados de emigrantes anuales, desde 2022 y 81 mil paroles humanitarios, desde 2023- cifras que superan ampliamente el pacto inicial de conceder veinte mil visados anuales; que data de la administración Clinton.
En otro ejercicio de cinismo, el tardocastrismo ha intentado culpar a Estados Unidos de las protestas internas por falta de alimentos y medicina y contra la oscuridad reinante; incluso, poniendo la yagua antes que caiga la gotera, acusó a la Casa Blanca de andar prefabricando otro 11J, que es un reconocimiento tácito del régimen de que el verano será igual de nefasto para la mayoría.
El simulacro de la casta verde oliva y enguayaberada ocurre, mientras mantiene -desde hace tres años- prorrogada la libre importación de alimentos, artículos de aseo y medicinas; por su incapacidad para producir algo; salvo propaganda política y mentiras.
Curiosamente, Cuba asiste a la cumbre migratoria bilateral en Washington, con una vacante notable en su Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX): el cargo de director de Estados Unidos aparece vacío en la estructura pública del MINREX, desde que Carlos Fernández de Cossío, ascendió a viceministro; en una clara muestra de que la política de cuadros del partido comunista también fracasó en el frente externo.
Parece que los denodados esfuerzos de Johana Tablada de la Torre, que sigue sin bajarse de la tribuna antimperialista, no le han servido para que la asciendan y permanece como subdirectora de la Dirección General de Estados Unidos; mientras lucha para que la nombren a orillas del Potomac y saborear Rabo encendido y Patipanza, en la Taberna del Alabardero, mirando a la Casa Blanca y sin apagones ni repellos de guagua, cuando pasan.
Si alguien duda de la cara de palo de la aguerrida pionerita solo debe leer este trozo de su declaración previa a la cita de Washington: “La cooperación de Cuba con EE.UU. en materia migratoria ha sido seria y efectiva. Nuestro país va a reiterar, como ha demostrado a través de múltiples acciones su compromiso y voluntad de mantener la cooperación para favorecer una migración regular, segura y ordenada”.
Apaga y vámonos.