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Por Pablo Alfonso (Especial para El Vigía de Cuba)
México DF.- A pesar de llevar muy poco en el poder, Javier Milei le sigue dando clases a Díaz-Canel y a todos los presidentes zurdos del mundo. El recién electo mandatario de Argentina realizó su primer viaje en un avión comercial a Mar del Plata para ver a Fátima Flores, su pareja, en el teatro.
Para colmo, el jefe de Estado pagó de su bolsillo los gastos del viaje y el alojamiento. Como si fuera poco, según una de las pasajeras, comió lo mismo que ellos » Un sanwichito de miga de jamón y queso y un juguito de naranja».
Desde ya, Argentina y sus argentinos comienzan ahorrar millonarias sumas de dinero con este viaje realizado a Mar del Plata.
Mientras tanto, sus homólogos de la izquierda latinoamericana no pueden moverse sin sus jets de lujo, sin sus aviones presidenciales, que solo transportan a sus aduladores y alguna que otra prensa, que no hace más que desprestigiar al gremio con su falta de honestidad, objetividad y transparencia.
Poco importa que los países que dicen representar se estén cayendo a pedazos. Poco importa viajar solos en sus inmensas naves. Poco importa seguir desangrando a naciones, que continúan con una hemorragia que parece nunca cerrar.
Lo que vale es ir más que cómodo, tomando el mejor wisky que se les antoje y, de vez en vez, un saladito a la altura de sus cargos. Dígase de jamón Ibérico, queso Nidelven Bla, queso azul o lo que sea, pero que nadie los vea. En el caso de Cuba, si Leticia Martínez, actual jefa de comunicación de la presidencia cubana los ve, pues le dan a probar y silencio sepulcral.
Así van por el mundo Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega. Así iban por el mundo, Fidel Castro, Raúl Castro, Hugo Rafael Chávez Frías, Rafael Correa y Evo Morales, entre muchos otros dictadores que nunca se pusieron ni se ponen al lado de su pueblo.
Sí, ya sé que habrá quien me lea y diga que así también viajan otros presidentes, como Joe Biden o Emmanuel Macron, entre otros. Y que también lo hizo Donald Trump. Totalmente cierto. Pero los países que estos hombres representan no están sumergidos en la miseria, ni ellos les piden cuotas de sacrificios increíbles e imposibles de realizar a su gente, como lo hacen los ya mencionados mandatarios de izquierda.
Sería bueno que todos aprendieran de Milei, que fueran más empáticos con sus pueblos. Pero sé que sería como pedirle peras al olmo.
Miguel Díaz-Canel aprende, Milei no te va a durar toda la vida, ni yo tampoco para decírtelo.