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Por Ulises Toirac
La Habana.- Cada vez que me baño -o muchas de las veces que me baño… cuando mi mente no anda sinsonteando en algo realmente necesario o apremiante-, me pierdo en un soliloquio contigo por varias razones. Y la mono-conversación gira siempre sobre las mismas cosas.
Quizás vuelvo una y otra vez a eso porque lo que se dice «hablarte de frente» jamás lo he podido hacer. Dialogamos generalmente sin mirarnos. Y una conversación así es una conversación incompleta. No es un chat… Tu estás presente, yo también… en el chat se dan otros fenómenos… o por teléfono (si no se usa la video-llamada).
No, lo mío contigo es sin mirarnos los ojos. Al tacto, vaya, cuando la cosa se pone física. A mí lo de poderte mirar de frente no se me da muy bien porque de contorsionista tengo bastante poco. Si «contorsionista» tuviera antónimo, yo sería eso. Así que lo más que puedo hacer es encoger el cuello, estirar la nuca y echar la barriga un poco pa´lante con las piernas flexionadas. Y ahora que lo describo me suena abstraccionismo, yo que de por sí no tengo culo, en esas debo parecer una letra más que una persona. Del alfabeto cirílico…
La cosa es que no tengo nada en este cuerpo más complicado y lleno de vericuetos. Yo no quiero ser millonario para otra cosa que para comprarme una superducha con de tdo para que haya un botón… «Ombligo»… O mejor tres: «OMBLIGO» de título, y tres botones: «Enjuagador nice», «Fregadora de carro» y «Chorro de Bombero para alcanzar el décimo piso». El último sería para recostarme a la pared opuesta, apretar el botón y ¡que se caiga el mundo! Así de paso entreno para si un día me sorprenden en una manifestación comiendo mierda (yo voluntaria y decididamente… no me parece) y la tratan de disolver con el Departamento de bomberos.
En fin, que con los dedos es una jodienda, con un trapito o moñita medio duele y con un cepillo es imposible. Me meto luego días con el ombligo ardiendo.
El tema es que como eres reminiscencia de mi cordón umbilical a mi madre, he llegado a pensar que el enfermero que lo cortó en sus ratos libres era electricista, porque toda esa rinconera y pleguera y chaschischás… tiene pinta de corte con alicate de electricista… sin filo. Y no digo más… He hecho bastantes cortes de cables así y queda como uña comía…
Envidio a esos gordos que tienen ombligo plano, un huequito y todo liso. Esa gente se baña en un dos por tres. Yo llevo sesenta años metiéndole coco a la mejor manera… y heme aquí… conversando contigo por lo mismo.
Me despido de ti hasta mañana. En algún momento tengo que secarme y salir del baño.