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HAY RUIDO DE SABLES EN LA HABANA

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Por Ileana Medina
Tenerife.- Como dice mi amigo Re, hay «ruido de sables» en La Habana. Ha habido un defenestramiento de un ministro, se habla de detenciones o movimientos alrededor del viejo general Cintra Frías, no sé qué habrá de cierto.
Se publican vídeos desarmando las redes mafiosas que forman los secretarios del partido, los jefes militares, los gobernadores y los jefes de la policía y la inteligencia en Cienfuegos, y es de esperar que en todas las provincias sea más o menos igual, son los que controlan los escasos recursos que hay.
Propaganda oficialista desmiente arresto de Leopoldo Cintra Frías, ex  ministro de la FAR
Cuba es un país sin ley ni orden, donde unas redes de mafiosos engordan y echan barrigas, se construyen casas y tienen fincas y carros (las cosas que allí son lujos) mientras la población en general vive peor que los esclavos del siglo XIX o que los prisioneros de cualquier país del primer mundo. Sin comida y sin derechos. Y aguantando la cantaleta de consignas comunistas.
No es «revolución cubana», es cómo construir el infierno en unos cuantos pasos.

Ahora vuelve a haber apagones, hasta 20 horas diarias sin luz en Pinar del Río. Los apagones es lo que peor lleva la gente, de día les quita la poca evasión que tienen, de noche se los comen el calor y los mosquitos. Las posibilidades de revueltas ciudadanas aumentan cuando hay racha de apagones.

Nadie les va a regalar el petróleo y el país no produce nada. Todas las infraestructuras están derrumbadas.
No tengo esperanzas, sinceramente, de una salida de libertad y democracia, a corto plazo.
Pero al menos, que pueda producirse el inicio de un proceso tipo chino, que uno de esos militares que realmente maneja el poder económico y las fuerzas represivas, le dé por abrir la mano y que puedan entrar empresas extranjeras a invertir, a empezar a construir un país desde cero: desde las carreteras hasta las plantas eléctricas, allí todo está destruido, y lo que es peor, nadie ni sabe cómo se hacen estas cosas hoy ya en el resto del mundo, el know how. Inversiones, saber hacer y un marco legal que establezca seguridad jurídica, parece fácil, pero no lo es en un país devastado, con toda su gente más preparada fuera, con un deterioro moral y económico sin precedentes.
Alguien, y tiene que ser de ellos mismos porque en materia represiva no les gana nadie, debe empezar por abolir esos discursos viejos, esa constitución «marxista-leninista» y generar un cuerpo legal que permita la entrada de empresas extranjeras, la libertad económica y empezar a construir el capitalismo como en el siglo XV.
No hay otra salida. Nuestro país agoniza.
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