Por Pucho Oroza
Varadero.- Euclides Rojas es uno de los mejores relevistas cubanos de todos los tiempos, dueño de un control envidiable, una curva imbateable y un corazón en el medio del pecho. Inteligente, estudioso de sus adversarios, un relevista al seguro en los tiempos que la especialización del pitcheo no existía en Series Nacionales. Industrialista, ídolo de la capital.
En 13 Series Nacionales, compiló 366 juegos, de ellos relevó 343. Ocupa actualmente el puesto nueve en este acápite, ganó 59 juegos y perdió 43, con 90 juegos salvados, puesto número 7 de todos los tiempos. Además, permitió 280 limpias para un PCL de 2.93, repartió 626 ponches, con un promedio de ponches por cada nueve entradas de 6.63, y un WHIP de 1.28. En la temporada 1993-1994, estableció un récord de 11 juegos salvados para una Serie Nacional.
Representando a Cuba fue Campeón de la Copa del Mundo de Roma 1988 y Edmonton 1999, además de los Panamericanos de la Habana 1991 y los Juegos de Buena Voluntad de Seattle 1990.

En 1994 decide marcharse a Estados Unidos, su brazo no era el de antes, las lesiones no le permitieron tener una carrera al máximo nivel, aunque llegó a firmar por los Marlins y jugó una Liga Independiente, pero ya no podía lanzar, así que comenzó una carrera de coach.
Pertenecía a la franquicia de Miami, cuando ganaron la Serie Mundial de 1997, con un Liván Hernández inmenso. Luego estuvo con el Boston, en la temporada 2003-2004, mítica por la remontada a los Yankees, después de un 0-3, para ser campeones de aquel otoño y luego, desde 2011, con los piratas de Pittsburgh hasta 2019.
Euclides Rojas fue, sin dudas, uno de los mejores lanzadores cubanos en una época donde los line up y el bate de aluminio aterrorizaban los bullpen rivales. Fue uno de los pioneros en la función de relevista y dejó su marca en el béisbol cubano y en la MLB.
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