Por Javier Bobadilla ()
La Habana.- Ya todo el mundo votó. Que conste, escribo esto antes de que abra el primer colegio electoral, pero en los Territorios de Ultramar de Fort Lauderdale, Kendall, la República de Hialeah en Armas y el Municipio Especial de Homestead había tremendo desespero.
Pronósticos no tengo, y el que diga que tiene, está mintiendo. Teorías sí tengo, muchas.
Unos me dicen que si ganan los Republicanos los niños van a tener que gritar «Seremos como Trump» en el matutino de la escuela. Otros me dicen que si ganan los Demócratas no habrá más niños ni niñas, sólo niñes, porque los van a intersexualizar a todos.
Hay quien dice que si ganan los Demócratas, para Navidad van a estar en guerra civil. Hay quien dice que si ganan los Republicanos, para Año Nuevo habrá una cacería de brujas.
Se habla de defender con las armas el derecho a la libertad de expresión. Se dice que se redistribuirá la riqueza. Se cuentan historias de presidentes vitalicios por encima de la Ley y la Constitución.
Si aquello fuera Latinoamérica, me lo creía todo. Pero no lo es.
No me queda mucho por decir. Ninguno de los candidatos debería estar ahí, compitiendo por la presidencia.
¿La culpa? De los partidos.
Hay histeria en masa. La gente dice bajito que aquello se va a poner malísimo.
¿La culpa? De los influencers.
Son las elecciones más feas que han visto los Estados Unidos. Y yo no sé mucho de esto, porque me he interesado por el tema muy recientemente, pero igual no hay que saber mucho. Lo que solía ser una fiesta se ha vuelto una amenaza.
¿La culpa? De los extremistas.
¿Trump va a bajar las rentas y la gasolina? No. Las rentas no van a bajar nunca más. Miami va a seguir carísimo. La gasolina puede que sí, en dependencia de lo que haga con Venezuela, Rusia y los grandes exportadores de petróleo.
Para lo demás, si miran los números, verán que el método americano es mantener una inflación anual ideal de entre dos y tres por ciento Eso quiere decir que todo tiene que seguir subiendo, pero de forma controlada. Bajar, ya no baja más. A la inflación negativa se le huye como al diablo, solo ocurre en situaciones de depresión extrema y dura muy poco.
Estados Unidos no es Argentina. Estados Unidos funciona, a pesar de todo lo que digan los candidatos presidenciales, y si se desbalancea, lo mejor que puede hacer un Presidente para balancearlo es lo que se hace en el Capitalismo. Nada.
Esa ridícula necesidad de cambiar todo lo que debe ser cambiado es muy latinoamericana.
Nada que se haga en la economía es gratis. No such thing as a free lunch. Trump knows. Pero a la gente le gusta que le hablen del cambio. Yo tengo experiencia en eso. Decirle a alguien que la solución lleva tiempo y esfuerzo, y que depende de él, no gana votos. Trump knows too.
Y digo Trump, porque cuando hablo con los republicanos, me hablan de Trump, pero cuando hablo con los demócratas, también me hablan de Trump.
Trump está en el centro de todo esto. Kamala Harris fue una jugada estratégica en el 2020, que a través de un mal manejo del Partido Demócrata se convirtió en una solución desesperada en el 2024, y ahora es medio republicana, porque a última hora descubrieron que eso vende.
¿Los vicepresidentes ganan elecciones?
Generalmente no. Biden -2020- fue vice de Obama. Antes de él, Bush padre -1988- fue vice de Reagan. Antes, Nixon -1960- fue vice de Eisenhower. De ahí salta a Van Buren -1836-, que fue vice de Jackson, Jefferson -1800- vice de Adams, y Adams -1796- vice de Washington.
Media docena de vicepresidentes lo lograron, en un total de 46 presidentes. Para colmo, menos Thomas Jefferson, todos los demás fueron vicepresidentes de presidentes que en su momento se les consideró altamente exitosos. Ninguno fue el vice de un tipo que se le olvidaba por dónde estaba la escalera de bajar.
Aprecio, no obstante, que los compatriotas muestren Allá el interés por la política que en su mayoría no mostraron aquí. Tengo, también, un señalamiento que hacer.
Entre mediados y finales del siglo pasado el voto cubano era determinante. Entre el 1950 y 1960 la población de Florida creció en más de 2 millones. Del 60 al 70, casi 2 millones más, y del 70 al 80, 3 millones más. Los candidatos iban a hacer campaña, y el tema Cuba era vital. Florida pasó de dar 10 puntos a dar 17, por tanto, se volvió importante, pero todavía.
Ahora Florida da 30 puntos, el tercero después de California -54- y Texas -40-. Su población aumentó de casi 5 millones en el 1960 a 22.6 millones en el 2023, pero en la proporción ya no hay tantos cubanos. De hecho, hay más de todo lo otro. Los cubanos son una especie en extinción. Que estén dándose cabezazos en Miami-Dade no dice nada. El tema Cuba dejó de ser importante para decidir. Los cubanos emigrados después del 1990 están menos interesados en él. Los emigrados de este siglo, menos aún. Los emigrados de esta última vuelta, ni siquiera tienen derecho a votar. Los cubanos están votando por lo mismo que los demás ciudadanos. Precios, salarios, AR-15.
Florida votó por Trump, por Obama, por Bush hijo, por Clinton, por Bush padre, por Reagan, por Carter, por Nixon, por Johnson, por Eisenhower, etc. Florida vota lo mismo republicana que demócrata. Vota por personas, no por partidos, y ha decidido votar por Trump. Lo hizo en el 2016 y en el 2020. El voto cubano no determina en eso. No puede hacer nada.
Así que relájense. And let it be. Que eso es el yuma, y nadie que salga Presidente se va a volver loc@.
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