Por Eloy Viera Cañive (Tomado de Facebook)
La Habana.- Sin ánimo de ser admonitorio -aunque esa sea la lectura de muchos- aquí les dejo mi descripción y análisis del proceso de extorsión que han vivido decenas de periodistas independientes en los últimos días.
Insisto en que describo el proceso no con el ánimo de señalar o juzgar las conductas de quienes considero víctimas de un régimen despótico. Lo hago para resaltar la idea de que los periodistas independientes cubanos jamás serán simples «testigos» para ese régimen.
Son «enemigos». Enemigos que; cuando ceden a la extorsión, «confiesan» y entregan «voluntariamente» medios y dinero; solo les queda un camino: el exilio.
Porque solamente el exilio y la distancia del opresor, y no la autocensura ni la renuncia al ejercicio del periodismo, puede garantizar que mañana ese mismo régimen no utilice lo que le han entregado para condenarlos y aprehenderlos.
Aunque suene desolador, sistematizar los mecanismos violentos del Estado cubano permite recordar a las víctimas que los responsables de la represión contra quienes decidan hacer periodismo independiente en Cuba no son los colegas con los que comparten penurias, dentro o fuera de la isla. El régimen cubano es el único culpable de la represión que han vivido o puedan vivir por ejercer la labor para la que han sido formados.
A ese régimen deberíamos entregarle lo menos posible. Sobre todo, deberíamos evitar entregarle a quienes han logrado escapar de su violencia.
La mejor arma que tienen los comunicadores para evitar el avance de la represión no es el silencio.
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