
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Redacción Nacional
La Habana.- En la misma Habana de los apagones y de tanta miseria andante, se está celebrando hoy un circo llamado X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. El nombre suena a cosa seria, como si estuviéramos frente a un órgano deliberativo de primer mundo, pero no se engañen: esto no es más que un monólogo de los mismos incapaces de siempre, una escenografía donde se discute todo para no cambiar nada.
Dicen que van a hablar de economía. Vaya tema. La economía cubana es un cadáver que lleva décadas pudriéndose a cielo abierto. Ahora, según Marrero, van a “corregir distorsiones”. ¿Cuáles? ¿Las que ellos mismos crearon? ¿Las que nacieron cuando decidieron que era mejor importar ajo de China que dejar que un guajiro lo sembrara y vendiera por su cuenta? ¿Las distorsiones que se multiplican cada vez que un burócrata firma una resolución para que la gente coma chícharos con gorgojos?
Hablan también de reimpulsar el Sistema Electroenergético Nacional. Otra tomadera de pelo. Aquí el único impulso que recibe la electricidad es el de los apagones kilométricos. Prometen que estabilizarán el servicio, pero ni la luz les cree. Basta con recorrer cualquier provincia para entender que este país está a oscuras no por falta de petróleo, sino por exceso de incompetencia.
Y como si fuera poco, anuncian con bombos y platillos la convocatoria al 9.º Congreso del Partido. ¿Para qué otro Congreso? ¿Para leer los mismos discursos viejos con nuevas palabras huecas? ¿Solo para seguir aplaudiendo la ruina y diciendo que todo es culpa del imperio? No, gracias. A este ritmo, en el 9.º Congreso no quedará ni Congreso ni país.
Uno de los puntos estelares será la estrategia de cuadros. En serio. La estrategia de cuadros en Cuba se resume a premiar la mediocridad y castigar el pensamiento. Basta con mirar al Buró Político: puro yeso ideológico. Ningún mérito más allá de la lealtad ciega y el oportunismo. Esos son los cuadros que el Partido fabrica en serie: obedientes, mudos y con cara de póker.
¿Y qué decir del centenario de Fidel? Ya están preparando el show para homenajear a la Piedra. Van a pintar murales, reeditar discursos y sembrar moringas. Pero no van a hablar del desastre que dejó, ni del país que convirtió en su finca personal. No lo van a decir porque la verdad les da miedo.
Mientras tanto, el pueblo -ese que no está invitado al Pleno- sigue en la cola del pan, sigue rogando por un litro de leche, sigue recibiendo golpes si protesta. Y en X (antes Twitter), Díaz-Canel escribe que “la unidad del pueblo traza el camino de la nación”. ¿Qué unidad, Puesto a Dedo? ¿La de los que tienen el pasaporte en la boca para largarse? ¿La de los que fingen lealtad para no ir presos?
Este Pleno no cambiará nada. Cuba necesita un sismo político, no otra reunión de fósiles. Necesita verdad, dignidad y libertad. Pero eso no cabe en el orden del día del Partido.