Enter your email address below and subscribe to our newsletter

El hedor del fanguero

Comparte esta noticia

Por Hermes Entenza ()

Núremberg.- Los cubanos tenemos que salir de este fanguero en el que hemos vivido desde el 1ro de enero de 1959. No importa que vivamos dentro o fuera de la isla; dondequiera que estemos, llevamos el mismo fango y el mismo hedor, cargando sobre nuestros hombros el peso de seis décadas de represión y subestimación por parte del estado.

Hoy están enjuiciado a Alejandro Gil, el exministro de Economía y Planificación que terminó destruyendo a Cuba. Estoy escribiendo a las 13:00 en punto, hora de Europa (7:00 am en Cuba) Ya Gil está aseado; ya desayunó y posiblemente va camino al juicio, trajeado y con una corbatucha que le amarraron en el pescuezo. Comenzó la función circense, a puertas cerradas para que el mal olor no llegue al pueblo. Total, el mal olor ha sido nuestro día a día, compitiendo en popularidad con Giorgio Armani. Nosotros llevamos bajo la piel el olorcito a Hechizo y Moscú Rojo, ahora en la versión 2.0, letal y en frasco metálico, fabricado con acero de AKM.

Posiblemente a Gil le den cadena perpetua por la acusación de espionaje, que será el show de hoy; no lo sabremos hasta que la prensa oficialista –la propaganda oficialista, quise decir– tenga la orden de vociferar con el clásico texto absurdo y lleno de frases triunfalistas, donde las palabras Revolución, Socialismo, Triunfo, Honestidad y Esfuerzo van a ser escritas con fruición y en mayúsculas. También van a mencionar muchísimo a Fidel (of course), llamándolo héroe íntegro y modelo a seguir.

Admitir el derecho al disenso

El problema, harto conocido, es que si el exministro es condenado, siendo un iceberg enorme, deberán habilitar una cárcel donde quepa todo el Buró Político y el Comité Central; pero eso no va a suceder, porque encarcelar a tanta gente, con el seboruco de Santa Efigenia incluido, se va a ver muy feo en la arena internacional.

Pero, cuando la prensa oficial –propaganda oficial, quise decir de nuevo– en su cantaleta hueca diga la sentencia, hablando de justicia socialista y la moral de nuestros dirigentes, ahí es donde debemos detenernos y verter nuestro criterio.

Considero que después de la sentencia impuesta a Alejandro Gil, siendo uno de los protagonistas del sufrimiento del pueblo cubano, sea decretada una amnistía para todos los presos políticos en Cuba.

Si la propaganda oficialista cubana, controlada por el gobierno, quiere lucir bien, tiene que admitir, a partir de hoy, el derecho al disenso y a la manifestación pública de cada ciudadano.

El fin de la persecución y la segregación

Tiene que terminar la persecución y segregación de los que posean opiniones políticas diferentes, y admitir, sin chistar, todas las ofensas posibles a los representantes del poder, exactamente como hizo la izquierda cubana contra todos los presidentes anteriores a los Castro, y el M-26-07 contra Batista y sus secuaces.

Para que la prensa informativa nacional deje de ser propaganda estatal, tienen que legalizar a la prensa independiente, esa que siempre alertó sobre el fracaso de la Tarea Ordenamiento.

Tienen que liberar, ya, a todos los presos políticos, a tantos manifestantes artistas, intelectuales, activistas, gente noble y humilde que salió desesperada a la calle a exigir libertades y derechos cercenados por gente como Alejandro Gil y otros que se esconden bajo el mantel, y que, incluso, van a estar como acusadores en el juicio.

Deja un comentario