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Por Anette Espinosa
La Habana.- La visita de Michel Torres Corona Santa Clara ha dejado tantos momentos hilarantes como la presencia continuada del presidente impuesto Miguel Díaz Canel. Mientras el segundo se deshace en esfuerzos un día sí y otro también para conseguir una alta votación por el lugar donde es candidato, el presentador de televisión hace un ridículo tras otro.
Torres Corona, uno de los cinco personajes de los medios más despreciables de Cuba junto a Randy Alonso, Iroel Sánchez, Humberto López y el ya jubilado Rafael Serrano, visitó centros universitarios del centro de la isla e intentó ser gracioso y divertido, pero fue un fiasco total.
En un acto nocturno, preparado para la ocasión, con alumnos y profesores universitarios, donde le montaron una tribuna con micrófono, apenas hay una veintena de personas aburridas o mirando sus celulares, mientras él habla sobre algún tema que a nadie le interesa. Hay muchas fotos que dan fe de esa situación.
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Luego, en una actividad con los estudiantes de la Escuela de Medicina, previo a un concierto de alguien que no dice el hombre, toma el micrófono y exhorta a los presentes a participar, a preguntar sobre «el programa», en referencia a Con Filo, porque él se cree de verdad un líder de opinión y está dispuesto hasta a presionar para saber qué opinan las personas sobre sus apariciones en televisión.
Los reunidos en el salón ni se inmutan. Incluso, llama una y otra vez a que suba alguien hasta donde él se encuentra para que responda alguna pregunta, pero nadie lo hace, y, cuando al fin, bajo coacción, va una muchacha, ya él no sabe que va a preguntar y se le ocurren las cosas más tontas del mundo, que son las mismas que lleva a su programa, y que pretende que la gente vea.
Tal vez Torres Corona esté engañado. Seguro que los sondeos de opinión que hace el departamento Ideológico del Comité Central a los núcleos de jubilados, la estructura más recalcitrante en defensa del comunismo, haya arrojado que su programa tiene un rating altísimo, pero eso no se lo creen ni ellos mismos. Claro, alguna vez desde el mismo lugar dijeron que el 80 por ciento de los cubanos veía el NTV, y el 85 leía el diario Granma.
Esos indicadores no se lo cree nadie, porque en Cuba, desde que existe internet y hay otras vías para informarse, nadie se desinforma con Granma, y mucho menos con el NTV. Y tampoco con Con Filo, ni los segmentos de Humberto López, dedicados a vilipendiar a cubanos valientes, cuyos únicos delitos han sido los de pensar diferente, decirlo o hacer algo contra la dictadura castrocomunista.
Lo de Michel Torres Corona ha dado siempre para muchos memes, porque, además de ridículo, es un personaje repulsivo, uno de esos gorditos de la dictadura, que muy pronto se estrellará o asumirá funciones de embajador, que es lo único que pueden hacer los inescrupulosos que se prestan para defender a la familia Castro, dueña absoluta del país y del destino de los cubanos.
Por ahora, el silencio y la apatía fueron las únicas respuestas a las posiciones de Torres Corona. NO le tiraron huevos, porque un huevo en Santa Clara vale más de 65 pesos, pero era lo que se merecía.