Dallas.- Miles de pensadores no pueden estar equivocados. Thomas Paine fue quizás quien más lo advirtió: No hay peor enemigo que esa estructura a la que hemos alimentado para que se entrometa cada vez mas en la vida de cada cual.
Weber avisó sobre cómo ese gobierno rapiñero utilza el monopolio de la Fuerza en detrimento del hombre libre.
Hayeck, en La Fatal Arrogancia, igualmente insinuó que entregar semejante poder al gobierno alimenta la esclavitud de las masas.
Hemos entregado todas nuestras libertades a lo que llaman gobierno. Hoy determina qué modificaciones puedes hacer a tu casa y cuáles no. De qué tamaño debe estar el pasto de tu jardín. Cuándo usar las mangueras y cuándo regar tus plantas.
Hemos permitido que resuelva conflictos familiares, que determinen qué pueden estudiar tus hijos y qué no.
Y es tal la arrogancia que puede encarcelarte si te niegas.
No lo entiendes hasta que lo sufres. Votar sigue siendo un acto aberrante que alimenta a este tipo de fratricidio vulgar que se llama gobierno.
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