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Por Manuel Viera ()
La Habana.- Ayer compartí un post de la Empresa de Transporte de La Habana donde se pedía calma al pueblo porque casi ninguna, o más bien ninguna, gacela se encontraba trabajando por desperfectos técnicos y sobre todo por la falta de combustible. Y en efecto, ayer, durante todo el día se vieron muy pocas.
Después, en la noche, tuve que salir de la casa y hacer un recorrido que me llevó por la Avenida 51 hasta la Calzada del Cerro, pasando por el Capitolio y regresando por la Avenida del Puerto, la Vía Blanca, Ciudad Deportiva hasta el retorno a mi hogar en Playa, sobre la una de la madrugada.
¿Y saben que? Las calles estaban llenas de gacelas a esa hora. ¿Será que no hay combustible para transportar de día cuando el pueblo trabaja pero sí de noche, cuando salen los ricos a divertirse a los bares de la élite?
No le encuentro una explicación a esto. He tratado de culpar al cruel bloqueo, pero me resulta difícil de creer, y hasta Brenda se burló de mí a pura risa cuando le dije que era culpa de los americanos.
Me inclino a pensar que tiene que ser culpa del cambio climático el hecho de que esos animalitos de la pradera hayan decidido cambiar sus hábitos y convertirse en animales nocturnos.
¡De verdad, no entendí por qué!