Por Jorge Sotero
La Habana.- La detención de Alejandro Gil, hasta hace poco el zar de la economía cubana, despertó un sinfín de rumores y especulaciones sobre los motivos por los cuales el castrismo lo puso tras las rejas. El proceso, en el cual su jefe y amigo, Miguel Díaz-Canel, hizo el ridículo una vez más, se presta para las interpretaciones, porque los carceleros del otrora ministro de Economía siguen sin hablar claro.
La propaganda castrista es especialista en eso de esconder la verdad, de decirla a medias, de hacer creer las mentiras, de confundir. Por suerte, ya no vivimos en los años ochenta y siempre se filtra algo, o lo filtran personajes cercanos al régimen, descontentos con su actuar.
Molinos por la Libertad, el canal que destapó la corrupción en la cúpula dirigente en la provincia de Cienfuegos, pone sobre el tapete una nueva versión sobre lo acontecido con Alejandro Gil. El Vigía de Cuba no ha podido confirmarla, pero al menos suena coherente y no tiene por qué ser falsa, como tampoco creo que lo sea la detención de una mujer en Tampa con dinero que, según declaró, pertenecía al ex vice primer ministro. Incluso, ni los vínculos con la empresa Media Luna, cuyo dueño, al menos en los papeles, se encuentra preso en La Habana, bajo investigación.
Según la versión de Molinos… alguien que trabaja en la capital cubana, cercano a los centros de poder, informó que la destitución de Gil y la posterior investigación de sus supuestos hechos de corrupción, no tienen nada que ver con la detención en Tampa, Estados Unidos, de Mirtza Ocana, quien llevaba encima 102 mil 909 nueve dólares, y que había realizado 45 viajes anteriores desde mayo del año pasado, por cada uno de los cuales cobraba entre mil y dos mil 500 dólares.
¿Si Alejandro Gil estaba enviando al exterior esas sumas de dinero, cómo es posible que la inteligencia cubana no lo supiera? El monto no es pequeño y si en cada uno de esos viajes Ocana llevó 100 mil dólares, el total rondaría, o superaría, los cuatro millones de dólares, una cantidad nada despreciable y que le estaban sacando a los que controlan por delante de sus caras.
¿Alguien puede imaginar que el jefe directo de Gil, Manuel Marrero, y su también jefe y amigo personal, Miguel Díaz-Canel, no lo iban a saber? Ambos se hicieron de la vista gorda, porque cualquiera sabe la partición que tendría esa plata en el futuro. La situación de Cuba invita a los que tienen acceso a dinero a apoderarse de una parte para asegurarse el futuro. Los dirigentes saben que al castrismo le queda poco. Sin alimentos, sin combustibles, sin transporte, medicinas y con apagones constantes, en cualquier momento se produce un levantamiento, por más que tengan a las brigadas de respuesta rápida, a los militantes del partido y a los militares armados con palos.
Dicen que Raúl Castro, cuando conoció lo de Gil le gritó «comemierda» a Díaz Canel, que no es más que el niño de azotes de los verdaderos dictadores, aquellos que llevan el apellido Castro y que han sido intocables desde que se hicieron del poder en el mismo enero de 1959.
Según la versión de Molinos por la Libertad y que insistimos en que El Vigía de Cuba no ha podido confirmar, Gil se encuentra acusado por ser espía de los servicios de inteligencia de España. Está detenido en una casa de la Seguridad del Estado ubicada por La Coronela, en el municipio de La Lisa.
Según la referida versión, María Victoria Gil era el enlace entre los órganos de inteligencia españoles y su hermano Alejandro. Y ella no fue a Cuba a realizar ningún documental, ni tampoco viajó por voluntad propia, sino que volvió al país por pedido de la inteligencia cubana, que se ha encargado de protegerla. La intención es que diga que el dinero que le incautaron a Ocana era de ella, fruto de sus negocios en la isla.
Al mismo tiempo, han revelado que Alejandro Gil es dueño de dos empresas, una en Alemania y otra en Francia, además de tener varios negocios en Estados Unidos, y que eso lo harán público para aplacar un poco el escándalo generado sobre él.
Lo más llamativo de la versión de Molinos por la Libertad es un viaje, en 2023, de Gil a Estados Unidos. Ese viaje, a espaldas de Raúl Castro, pero tal vez con conocimiento de sus jefes inmediatos, puede ser la causa del estallido de su caso.
En fin, la madeja está medio enredada, pero poco a poco se irán soltando algunos hilos y tal vez podamos conocer todo lo que hay oculto detrás del caso del exministro de Economía del castrismo. Por ahora, toca esperar.

Eso sí, la familia Gil la está pasando mal. La hija, que trabaja en una empresa de seguros y que tiene un bebé, ha adelgazado notablemente en los últimos días, se le ve abatida y hasta le suspendieron un viaje al exterior que tenía en planes desde hacía meses. Eso sí, no ha dejado de ir a trabajar, ni tiene reclusión domiciliaria alguna, según pudo saber de primera mano El Vigía de Cuba.
El hijo, dicen, también anda abrumado por la detención de su padre, y no quiere salir de la casa. En tanto, existen rumores sobre Gina María González García, la esposa de Gil, de quien dicen está presa, pero también es falso, comprobado, a pesar de que un supuesto sobrino lo habría asegurado a algún medio independiente.