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EL BIGOTE DE BERNARDO ESPINOSA Y LOS PARTES DE LA UNE

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Por Víctor ovidio Artiles ()

Caibarién.- Sé que no estoy loco porque estoy convencido que no lo estoy, aunque, pensándolo bien, los que sí están locos también dicen que no lo están.

Bueno, confíen en mí, no lo estoy. En fin, he desarrollado algunas manías sospechosas, productos indudables de la contracción.

Dejé hace muchos años aquello de no pisar las rayas en la acera y me he declarado comedor de toalla oficial.

Las de ahora son más serias. Me ha dado por leer todos los partes de la UNE, calcular la afectación, estudiar los movimientos del bigote de Bernardo Espinosa que dependen de la cantidad de combustible y de la prestancia (o no) de la Guiteras.

Me he vuelto un crack en el lenguaje extraverbal. Sé definir el nivel de enredo energético por las veces que repite el ingeniero Guerra, incluso por la camisa que traiga puesta.

He desarrollado también una habilidad única en formular mi propio déficit, que no es directamente proporcional al déficit de generación, ni al bigote de Bernardo. Mi déficit es directamente proporcional al tamaño de los huevos del muchacho del Catao.

Otra obsesión que he adquirido es la de calcular los metros cúbicos de humo que genera mi fogón gasificador. Con el humo que genera en una jornada puedo garantizar la entrega para tres conciertos de Pink Floyd.

Tengo registrado y formulado el tiempo que demoro en hacer café en la hornilla de carbón y clasificado según el palo utilizado para fabricar el carbón.

Otras muchas obsesiones tengo pero no debo pasarme de la cantidad de palabras establecidas por mí.

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