El arte invaluable de la amistad

Por Victor Ovidio Artiles ()

Caibarién.- Hay amigos grandes, amigos de larga data, amigos tardíos y están esos otros, imprescindibles, excepcionales, amigos espejos de mi risa o mis desvelos, de mis vuelos o mis arrastres.

Esos amigos, que nunca he enumerado, que no se miden en números, pero que los sé estar allí, donde no son números lo que necesitas.

Hay abrazos también con categorías disímiles y están los abrazos de esos amigos, los innumerables. He abrazado cuerpos ausentes en cercanía por décadas y la unión ha sido magnética, enigmática y cálida. Bien podrían ser abrazos únicos si no fuese por los otros abrazos de esos incontables que también me traspasan con la verdad de sus brazos y sus pechos.

No pongo nombres porque las formalidades pueden menos pero ellos saben que mis brazos y mi pecho y esa espalda que aprietan, también los traspasa con mi verdad.

Ellos, nosotros, no nos vemos mucho o poco, pero nos recordamos siempre y estamos siempre y nos amamos siempre.

Los amigos que somos hoy, son aquellos mismos amigos de piel lozana y uniformidad que tomamos el rumbo que escogimos o el que pudimos.

Somos aquellos que aprendimos a edificar y moldear y mejorar y hacer de la amistad un arte invaluable, incontable, innumerable, de abrazos magnéticos, enigmáticos, cálidos… incomparables.