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EL AGENTE ENOEL SALAS

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Por Esteban Fernandez- Roig Jr. ()

Miami.- Enoel Salas ha sido, sin dudas, uno de los peores espías castristas.

Nativo del poblado de Neivas, en Cabaiguán, estuvo bajo las ordenes del Che Guevara en La Sierra del Escambray. Bajó de la loma con el grado de teniente del Ejército Rebelde.

Supuestamente se disgustó con la Revolución, y de pronto llegó al destierro. Y rápidamente “se incorporó a la lucha armada”. Nadie mejor que él hizo tan bien el paripé.

Participó en ataques comandos, fue de los que retuvo a los pescadores cubanos, se brindó para matarlos, se entrenó en los campamentos de Alpha 66 y Segundo Frente del Escambray, en La República Dominicana.

Estuvo muy cerca de donde yo me encontraba junto a Vicente Méndez, Edel Montiel y Jorge Riopedre.

Siempre actuó como agente encubierto y chivato de la tiranía. Nadie desconfiaba de él. Fue uno de los primeros cubanos de ese grupo que desembarcó en Baracoa con las armas en las manos, bajo las ordenes de Eloy Gutiérrez Menoyo.

¡Fue detenido y encarcelado por 13 largos años! Fue puesto en libertad y regresó al exilio, donde era considerado “un sacrificado luchador por la libertad de la Patria”. Un héroe.

Enoel se esfumó

Y de la misma forma misteriosa en que llegó se esfumó. Y fue recibido con abrazos por el ministro del Interior de Cuba. Con algarabía se le reconocieron los méritos revolucionarios.

En la historia mundial existen muy pocos agentes encubiertos que se hayan pasado tantos años dentro de las filas enemigas, 13 encarcelado, y logrado malograr cientos de acciones.

Ya la tiranía, por viejo, por desahuciado y por haberse “quemado” completamente, lo retiró. Y no crean que estaba muy contento con eso, porque dicen los que lo conocen que constantemente se quejaba de que «él todavía pudiera hacerle mucho daño a las filas de la contrarrevolución».

A la hora de la jubilación andaba muy molesto consigo mismo por no haber conseguido la captura de Luis Posada Carriles.

Yo espero que el día de la liberación ya esté en una caldera de agua hirviendo, junto a su antiguo jefe, el Che Guevara, en el infierno. De lo contrario es merecedor de que todo el peso de la justicia caiga sobre este engendro del mal llamado Enoel Salas Santos.

Y estoy seguro de que a la hora de la desbandada, cuando traten de escaparse muchos generales y ministros, no van a cargar con él.

Por lo tanto, si todavía Satanás no lo tiene en su seno, entonces se debe ir escogiendo la ceiba y la cabuya con la cual será colgado como bien lo merece.

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