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La economía venezolana atraviesa una situación muy compleja y va rumbo a completar un retroceso de 4,1% del Producto Interno Bruto en 2025, respecto a 2024. Esto se da con una fuerte caída del consumo y una inflación en torno a 289%, según proyecciones de la reconocida firma Datanálisis actualizadas este viernes.
En medio del frenazo de una economía que había crecido hasta 2024 durante tres años consecutivos, se espera también una fuerte caída de las exportaciones totales. Estas caerían en un 7,5% y un 13,1% en las importaciones, según las cifras expuestas en el foro «Prospectiva Venezuela II Semestre 2025». Este evento fue organizado por el prestigioso Centro de Estudios Políticos y de Gobierno Francos Virtuoso, de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
La inflación en Venezuela es empujada por la fuerte y sostenida devaluación del bolívar. La moneda local acumula en lo que va del año una depreciación del 60%.
Según las proyecciones de Ecoanalítica, el tipo de cambio no oficial cerrará por encima de 262 bolívares por dólar. Esto es más del doble de los 119 bolívares en que se cotiza al cierre de esta semana y que está en casi 30% por encima de la tasa oficial. Esto ocurre pese a la constante quema de divisas por parte del Banco Central, en su esfuerzo infructuoso por frenar el alza del dólar.
La tasa de cambio oficial apunta a cerrar el año en 203 bolívares por dólar, más del doble de los 94 bolívares de este 16 de mayo.
El economista Luis Arturo Bárcenas, socio de Ecoanalítica, señaló durante su análisis que la economía viene en caída. Además, la inflación se acelera y hay un fuerte descenso del poder adquisitivo de la población y del consumo privado.
«En el peor de los casos (la economía) puede caer a un ritmo importante», señaló Bárcenas al recordar que en Venezuela las cosas van a estar complejas.
Los estados del interior del país son los más golpeados. Mientras, Caracas y su gran zona metropolitana son como una burbuja que además atrae una importante corriente de migración interna. Muchas familias huyen de la peor parte de la crisis.
La producción de petróleo, eje de la economía nacional, está en un promedio de 910.000 barriles por día (bpd) este año. Esto representa cerca de 180.000 bpd menos que el año pasado.
«No vemos un aumento de la producción ni de la capacidad de generar divisas», señaló Bárcenas. Mientras, el crédito se ha estancado en el sistema financiero. La crisis energética amenaza con agravarse con más escasez de combustible. La fuerte carga impositiva golpea a las empresas en un país donde la informalidad ronda al 70% de la población ocupada, una de las tasas más altas de América. (ANSA)