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Por Tania Tasé ()
Berlín.- Se me ponen los pelos de punta cuando termino mi última noche de trabajo de la semana, me dispongo mentalmente a disfrutar del viernes aunque el cuerpo ni se entere y me entero nuevamente que los políticos más poderosos del mundo no han descubierto aún una manera de resolver sus diferencias que no sea la GUERRA.
Guerra contra otros países, guerra contra sus propios pueblos, guerra contra la naturaleza, contra la nobleza, la compasión y la belleza del ser humano.
Putin se frota las manos de puro placer y no se disguta para nada si en el oriente se halan los pelos, si en Los Ángeles son utilizados animales tan nobles como los caballos para enfrentar manifestantes, que (entre nosotros) tampoco son demasiado pacíficos.
Este viernes me inclino ante la valentía terca y vital que hace al preso político Roberto Pérez Fonseca, hacer huelga de hambre en contra del sistema carcelario cubano lleno de abusos, atropellos y crueldad contra la dignidad humana. Esa es su manera de poner el cuerpo ante la crueldad. El cuerpo libre como último recurso contra los barrotes. Me inclino de respeto y de pena ante la dignidad, valentía y amor de su madre Liset Fonseca Rosales .
Vaya viernes en que sin sorprenderme (muy mala señal), veo vídeos de estudiantes universitarios que denuncian las represalias que toma la inSeguridad del Estado en nombre del PCC contra ellos, en sus muy justas y pacíficas demandas. Demandas y protestas de una ingenuidad e inocencia tales, que espantan.
Los jóvenes son inteligentes , no me cabe ninguna duda y lo demuestra su falta de violencia y consigna, y también el hecho de hablar en su propio nombre y al mismo tiempo defender los intereses de todo un pueblo que los dejó solos y desnudos ante el poder.
Ellos descubrirán por sí mismos que no se cambia un sistema tiránico y unipartidista desde las instituciones que lo sustentan.
Pero yo hago un voto de fé: quizás son tan inteligentes que ya lo saben. Muchos de esos jóvenes crecerán lamentablemente, como crecimos otros, por la vía de la represión y el chantaje de un sistema que no admite dicenso, discusión, debate ni cuestionamiento alguno.
Esa quizás sea la razón de mi sonrisa en medio del horror de este viernes 13. Solavaya! Ahora es que noto esa coincidencia.
O tal vez se deba mi risa en medio de un mar de arrugas a una idea traviesa que no sale de mi cabeza aunque la espanto como a una mosca molesta e inoportuna: ¿No habrá entre tantas guerras un dron que se escape y caiga directamente en el Comité Central del PCC?