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Por Joel Fonte ()
La Habana.- Los dictadores solo utilizan los procesos electorales como shows propagandísticos para legitimar su Poder.
A un año del fraude electoral del chavismo, Maduro instaló otra vez las urnas este domingo. Ahora, para fingir que el pueblo venezolano elige las autoridades municipales del país, en un diseño electoral que se acerca al modelo impuesto por el castrismo aquí.
¿Quiénes participaron de esa farsa? Pues no lo hacen solo los partidos que Maduro ha gradualmente controlado, manipulando a su antojo a sus líderes. También participan otros de una línea más frontal contra el déspota venezolano. Los mismos que un año atrás denunciaron el fraude y fueron como oposición víctimas de él.
El discurso generalizado de los líderes de esos partidos es que, a falta de otras opciones, las urnas son una alternativa contra Maduro.
Se necesitan muchos reveses y experiencias para comprender cabalmente que a los dictadores no se les arroja del Poder con las urnas. No se logra con diálogos o negociaciones que ellos no respetarán jamás. Estos métodos solo se emplearán para ganar tiempo y dividir a quienes se les enfrentan.
Los déspotas, que emplean la fuerza, la violencia para alcanzar y mantener el Poder, solo son arrancados de sus pedestales por los mismos métodos.
Y, cuando se opta por la vía pacífica para esa lucha, ese pacifismo no puede ser de buró, de discursos inflamados. Debe ser con el pueblo en las calles, promoviendo un civismo activo y enérgico. Esto obligará al tirano a ser quien plantee el diálogo y se vea forzado a ceder.
Eso es posible, porque ningún régimen totalitario, por más violencia que ejerza, puede mantener el control del Poder. Esto es especialmente cierto en un contexto de interconexión global de la información y de la política como el actual. Millones de personas en las calles, protestando, exigiendo derechos, tienen el poder de cambiar las cosas.
Los cubanos, que no tenemos siquiera el espacio formal del multipartidismo que sigue vigente en Venezuela, debemos mirar hacia aquella realidad. Es importante aprender de sus errores.
Basta de manipulación y mentiras. Basta de tolerar injusticias. No más dictadura en Cuba.