Berlín.- Sulmira Martínez Pérez es mujer, es pobre y es negra. Tiene hoy 22 años. Está presa desde hace 19 meses.
Fue detenida el 10 de enero de 2023. La tuvieron 40 días en Villa Marista (nombre casi poético para el centro de tortura más terrible y temible que tiene Cuba). Ahí los represores le hicieron un vídeo con una confesión arrancada bajo coerción, que luego presentaron mal editado en televisión nacional. Sin su consentimiento, sin la presencia de asesor legal.
Después la trasladaron a la prisión de El Guatao. En el vehículo iba esposada a un tubo, como animal en cepo y recibió maltrato físico y verbal todo el tiempo que duró el viaje.
Su madre denunció ayer que se le realizará (¡después de 19 meses!) juicio el lunes 12 de agosto de 2024. Que la acusan de delinquir contra el orden constitucional y desacato. La petición fiscal es de 10 años de privación de libertad como sanción conjunta a esos delitos.
¿Pero qué hizo esta muchachita? Tener una cuenta en Facebook (Salem Cuba), en la que posteó instando al pueblo a manifestarse pacíficamente, por sus derechos. «Hasta la victoria «, escribió.
Eso me recuerda algo que he oído y que es admirado ruidosamente por muchos cubanos que guardan un silencio criminal sobre Sulmira. Me refiero a la frase de María Corina Machado: «Hasta el final».
Sulmira no tendrá el menor de los chances de obtener un título olímpico, ha estado demasiado ocupada a su corta edad, exigiendo libertad para todos los cubanos que la han ignorado durante más de 19 meses.
Los mismos que la enterraron en vida después del bodrio televisivo, porque siguen prefiriendo creer más la narrativa oficial del que los explota y aplaudir a otro cubano, negro, pobre y represor que ahora tiene cinco oros olímpicos y línea directa con el dictador Díaz-Canel.
La muchacha será condenada y nosotros podremos seguir jugando a ser tiernos y buenos y hacer poemitas sobre el amor entre cubanos.
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