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DE LOS CALABOZOS DE LA DICTADURA A MI CASA EN LIBERTAD

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Por Dr. Alexander Figueredo Izaguirre

Houston.- Hoy no comparto este logro por vanidad, sino por victoria. Porque cada metro de esta casa representa un kilómetro atravesado en la selva, una noche sin dormir, un “no” en la frontera, una traición disfrazada de amigo, y una esperanza que nunca dejé morir.

Aquí está: mi nuevo hogar en tierra de libertad. Sin cartilla, sin CDR, sin que nadie vigile con quién hablo ni qué pienso. Aquí el único “control de visitas” es Amazon Prime y el único GBT es el WiFi.

A los que me humillaron, a los que me expulsaron por pensar distinto, a los que creyeron que silenciarme me destruiría… sigan mirando. Porque esto no es el final. Es apenas el principio.

La próxima foto no será de una casa. Será de una toga, un título y una sonrisa dedicada con cariño a: La dictadura cubana.

Gracias a los que caminaron conmigo, a los que me dieron fuerza cuando más flaqueé, y a los que todavía allá adentro resisten y sueñan con su propio pedazo de cielo.

Esto no es solo una casa. Es mi grito de guerra convertido en techo. Es mi victoria personal…

Y la derrota de los que creyeron que no lo lograría.

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